¿QUÉ ES LA DISLEXIA?
Se trata de un trastorno permanente, cuyo origen es neurobiológico, que se caracteriza por la existencia de unas dificultades a la hora de aprender y automatizar la codificación (escritura) y decodificación (lectura) de los símbolos lingüísticos, en ausencia de cualquier otra causa física, cognitiva o contextual, porque de no ser así, cualquiera de estas circunstancias podría explicar las dificultades de aprendizaje del niño.
Gracias a los estudios anatómicos y las técnicas de neuroimagen sabemos que el cerebro de un disléxico se desarrolla y procesa de manera diferente a uno no disléxico, por tanto, debemos enseñar las correspondencias grafema-fonema con metodologías diferentes y adecuadas para facilitar la conexión y acceso a ésta información.
Cuando decimos que es permanente, nos referimos a que no desaparece, aunque con el diagnóstico, la intervención precoz y metodología de enseñanza apropiada, nuestros pequeños pueden superar en gran medida estas dificultades.
Es importante hacer una intervención preventiva a partir de los 5-6 años, sobre todo en niños con antecedentes familiares (hay entre el 30% y el 50% de probabilidades de heredar la dislexia), en niños que presenten problemas del lenguaje oral (niños que en su infancia presentan retraso simple del lenguaje y/o dislalias) y en caso de observarse dificultades iniciales para el aprendizaje de letras o números (atención a las inversiones y escrituras en espejo).
El principal problema que presentan los disléxicos es una gran dificultad en la decodificación lectora, debida a un impedimento para establecer la correspondencia grafema-fonema, es decir, llegar a la representación del léxico mental a través de la palabra escrita. Por tanto, nuestros niños se enfrentan a una gran dificultad para relacionar un determinado fonema (sonido) con un grafema (letra) y viceversa.
DETECTAR Y DIAGNOSTICAR LA DISLEXIA
Hay que distinguir entre detectar y diagnosticar un trastorno disléxico. Se puede detectar a un niño con dislexia a los 5-6 años (hablaremos de retraso lectoescritor), este momento es sumamente importante para evitar que establezca unas bases de aprendizaje lectoescritor inestables, pero no podemos hablar de diagnóstico antes de los 8 años, ya que para establecer un diagnóstico certero, la dislexia evolutiva requiere de una discrepancia mínima de dos años en el nivel lectoescritor del niño con respecto a su grupo de edad.
Detección de dislexia
Cuando los niños comienzan con el aprendizaje de las letras y números, se pueden observar conductas alteradas como: la prensión del lápiz, la orientación de símbolos, la confusión entre nombres, sonidos y grafemas de letras trabajadas, dificultad para asociar los símbolos a conceptos o nombres, rechazo ante tareas de escritura, errores en tareas de denominación rápida, etc. estas dificultades no nos aseguran que sean disléxicos pero son predictores. En todo caso, la observación y el conocimiento de los parámetros normales del desarrollo serán los mayores detectores dentro de un aula.
Es sumamente importante detectar a un niño a temprana edad (5-6 años) para poder poner unas bases de aprendizaje firmes, donde el pequeño pueda construir sus siguientes aprendizajes y hacer frente a las próximas exigencias educativas que vaya encontrando curso tras curso.
Los principales signos de detección según la edad en las primeras etapas educativas (de 3 a 6 años) se muestran en la siguiente tabla.
Lenguaje oral y habla | – Problemas de articulación o dislalias -Dificultades expresivas para formar oraciones. – Vocabulario pobre, le cuesta encontrar palabras. – Confusión entre palabras con producción similar. – Retraso Simple del Lenguaje desde las primeras etapas. |
Aprendizaje | -Dificultad para asociar grafema-fonema. -Tardan más en aprender a escribir ya reconocer su nombre escrito. -Tienen más habilidad en otras tareas. -Problemas para aprender conceptos: colores, tamaños, formas, etc. -Dificultades de orientación temporal. -Dificultades de concentración y periodos atencionales cortos. -Antecedentes familiares con problemas de lectoescritura. -Escritura en espejo a los 6 años. |
Motricidad y orientación | -Retraso del conocimiento del propio cuerpo y esquema corporal. -Poca habilidad motriz fina y/o gruesa -No hay lateralidad definida, les cuesta integrar derecha-izquierda. -Dificultades para asimilar nociones espaciales. -Lentitud en la ejecución de tareas cotidianas. -Pobre habilidad grafo-manual. |
Diagnóstico de dislexia
En el mercado, disponemos de gran cantidad de pruebas estandarizadas y test screening, que utilizados por un profesional, nos van a permitir detectar la dislexia y encontrar los puntos fuertes y débiles de los niños, con el fin de poner unas bases fuertes de cara a un tratamiento certero y eficaz.
Los test baremados para diagnosticar la dislexia se pueden aplicar a partir de los 6 años, ya que incluyen tareas de lectura y escritura.
Para diagnosticar la dislexia de forma oficial es necesario llevar a cabo una evaluación que siga los siguientes pasos: entrevista inicial con la familia, examen de las capacidades cognitivas globales y obtención del CI (coeficiente intelectual) y pruebas específicas, que tras su pasación, deberán ser analizadas en detalle. Por último se plasmarán los resultados en un informe.
COMORBILIDAD
Existe una relación entre dislexia y otras disfunciones cognitivas relacionadas con el aprendizaje, la conducta y la actividad motora. Los trastornos que suelen acompañar a la dislexia son: trastorno por déficit de atención o con si hiperactividad (TDA/H), disgrafía, discalculia, trastornos de la coordinación y trastornos a nivel afectivo. Todos ellos, se deben valorar y tener en cuenta para un mejor tratamiento y acompañamiento del desarrollo del niño.
Liliana Valero García
Logopeda Núm. Col. 29/1443
Bibliografía
Curso de detección, evaluación e intervención de la dislexia. Carmen Silva.
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