La enuresis nocturna, también llamada incontinencia urinaria, es un problema más común de lo que pensamos. Aunque no es un problema grave y muchos niños suelen superarlo al crecer, genera mucha frustración tanto a los niños como a sus padres.
El control de esfínteres nocturno no tiene por qué adquirirse al mismo tiempo que el control de esfínteres diurno, por lo que en aquellos niños que se siguen orinando por la noche tendremos que valorar qué edad tienen y si realmente les afecta como para plantear una intervención que trate de solucionar el problema.
En el blog de hoy nos adentramos un poco más en este problema y os resolvemos algunas dudas comunes.
¿A que llamamos enuresis nocturna?
Con este término nos referimos al escape de orina solo durante el sueño, de forma involuntaria, a una edad y con una frecuencia a la que se presupone que ya debería haber un control de esfínteres nocturno.
Aunque es un poco arbitrario, se considera que la edad normal para el control de esfínteres nocturno es antes de los 5 años de edad, por lo que si un niño de más de cinco años sigue mojando la cama por la noche diremos que tiene enuresis.
Además, para poder encuadrarlo dentro de este término se deben producir al menos dos episodios semanales durante por lo menos tres meses y la incontinencia no puede ser debida a una enfermedad ni al efecto de una sustancia.
¿Qué tipos de enuresis podemos encontrar?
Dentro de la enuresis nocturna podemos distinguir 2 tipos:
- La enuresis primaria hace referencia a esos casos en los que nunca se ha llegado a adquirir el control de la micción. Es el tipo más frecuente y suele ocurrir en mayor proporción a los niños varones. En muchos casos, desaparece por sí sola con el tiempo. Cuando en este post hablemos de niños que mojan la cama nos referimos a la enuresis primaria monosintomática, es decir, a esos niños mayores de cinco años que se hacen pis por la noche desde siempre (nunca ha tenido un periodo seco) y que no presentan síntomas urinarios o de incontinencia durante el día.
- La enuresis secundaria se da en los casos en los que el niño había logrado controlar la micción, al menos durante un periodo de seis meses. Se asocia más a problemas emocionales o eventos estresantes, es menos común y ocurre con más frecuencia en niñas.
¿Qué causas puede provocar la enuresis?
Aunque no se ha establecido una causa concreta, se han planteado múltiples factores físicos y psicológicos que parece que pueden contribuir:
- De entre los factores físicos nos encontramos una hiperreactividad o una capacidad reducida de la vejiga. También se ha observado que existe una predisposición genética de padecer enuresis nocturna, ya que los hijos de padres y madres con enuresis tienen mayor riesgo de padecer también el problema.
- En cuanto a los factores psicológicos, se ha relacionado la enuresis con dificultades en el aprendizaje a la hora de controlar la micción y/o a la aparición de factores estresantes.
¿Debemos de tratar todas las enuresis?
Como pediatra hay que valorar cada caso concreto de enuresis para decidir junto con la familia si se pone tratamiento o es preferible esperar.
No solo hay que valorar solo el problema en sí, sino la edad que tiene el niño y si esté problema empieza a afectarle a su autoestima.
En cualquier caso, la decisión debe ser consensuada con la familia, ya que el éxito del tratamiento depende mucho de la motivación que exista para su cumplimiento. Y, sobre todo, recordad que si el niño moja la cama es de forma involuntaria, por lo que no se le debe regañar nunca por ello.
¿De qué tratamiento disponemos para la enuresis nocturna infantil?
Aunque en muchos casos la remisión se produce de forma espontánea con la edad, hay otros casos en los que es necesario intervenir para que se resuelva.
Como medida fundamental para todos los casos será necesario la psicoeducación. Es importante que, tanto padres como niños, sepan en qué consiste la enuresis y entiendan que no es culpa del niño. También suele ser necesario un cambio de hábitos que facilite la reducción de estos episodios como puede ser la ingesta de líquidos reducidos previo a la hora de dormir, así como realizar micciones frecuentes durante el día.
Respecto las posibilidades de tratamiento disponemos de:
- Tratamiento no farmacológico: el método de la alarma (“pipí-stop”) es el tratamiento psicológico con más eficacia demostrada a largo plazo, aunque los resultados pueden tardar en obtenerse entre 3-4 meses. Consiste en utilizar un sensor de humedad que se pone en la ropa interior del niño y que pone en marcha una alarma nada más detectar que empieza la micción.
- Tratamiento farmacológico: no siempre es necesario. El más utilizado es la desmopresina que aumenta la retención de líquidos de los riñones y reduce el volumen de orina. Es muy útil si se quieren conseguir objetivos a corto plazo, aunque en algunos casos será necesario repetir el medicamento ya que son posibles las recaídas al dejar el tratamiento.
Para la elección de un tratamiento u otro habrá que tener en cuenta las preferencias de la familia. Además, tu pediatra te pedirá realizar un calendario miccional (recoger durante tres días las veces que el niño hace pis y con qué volumen) para poder valorar qué tratamiento es mejor en cada niño.
Además, queremos hacer hincapié en ciertas pautas que no han demostrado eficacia. Muchos padres recurren a ponerse un despertador a una hora determinada de la noche para que el niño se despierte, vaya al baño y no moje la cama. Pero esta medida no ha demostrado que solucione la enuresis, por lo que cuando deja de utilizarse, el niño vuelve a mojar la cama. Por tanto, no está recomendado en el caso de la enuresis despertar al niño a media noche para que vaya al baño.
Recuerda siempre consultar con tu pediatra si tu hijo tiene este problema para poder abordarlo de la mejor manera e ir haciéndole el seguimiento oportuno.
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