El 16 de junio se celebra el Día de la Atención Temprana, y con motivo de su celebración vamos a explicaros un poco en qué consiste esta terapia tan importante dirigida a niños con trastornos del neurodesarrollo.
¿Qué es la atención temprana?
La Atención Temprana se puede definir como el conjunto de intervenciones dirigidas a la población infantil de 0 a 6 años, a la familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta lo antes posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños y niñas con trastornos en su desarrollo o que tienen el riesgo de padecerlos.
Si bien busca cubrir las necesidades del paciente y asegurar su desarrollo óptimo, también se enfoca en el apoyo a la familia para favorecer un entorno de desarrollo adecuado.
Estas intervenciones deben considerar la globalidad del niño o niña, por tanto, es un proceso que requiere la participación de distintas especialidades (pediatras de Atención Primaria, neuropediatras, fisioterapeutas, logopedas, terapeutas ocupacionales, pedagogos, trabajadores sociales…) que diseñarán estrategias y tratamientos individualizados para alcanzar el máximo potencial de cada niño desde el punto de vista del neurodesarrollo.
¿Cuáles son los objetivos de la atención temprana?
El objetivo de este tipo de terapia va encaminado a potenciar las capacidades individuales y fortalezas de estos niños con la intención de hacer más ‘completa su integración en el medio familiar, escolar y social, así como su autonomía personal’.
Los principales objetivos de la atención temprana son:
- Reducir el impacto de los efectos del retraso o retrasos del desarrollo.
- Asegurar un desarrollo óptimo e integral del niño.
- Reducir el riesgo de alteraciones o secuelas asociadas a la alteración, discapacidad, trastorno o déficit del desarrollo.
- Abordar las necesidades tanto del niño como de los implicados en sus cuidados y el entorno donde se desenvuelve.
- Permitir un máximo desarrollo motriz, cognitivo y verbal del individuo.
- Favorecer la adaptación del niño al entorno.
¿Qué niños se pueden beneficiar de ella?
La Atención temprana va dirigida a todos aquellos niños que presentan un trastorno del desarrollo, pero también a aquellos que están en riesgo de padecerlo.
En ocasiones, aparecen señales en su desarrollo que nos hacen pensar que algo no va bien, aunque no sepamos todavía exactamente cuál es la enfermedad que tiene. En estos casos es muy importante que estos niños reciban también Atención Temprana lo antes posible para prevenir posibles deficiencias, incluso antes de que estas aparezcan.
Debemos tener presente que no conocer exactamente lo que le pasa no es motivo para retrasar la derivación a Atención Temprana, ya que el objetivo principal será optimizar su desarrollo, más allá de que con el tiempo podamos establecer un diagnóstico concreto.
El listado de situaciones en las que se recomienda la atención temprana es extenso, pero destacan, por ejemplo, la parálisis cerebral infantil, la prematuridad (menores de 32 semanas o peso menor de 1500g al nacimiento), las sospechas del trastorno del espectro autista, los déficits sensoriales como ceguera o hipoacusia, retrasos motores o cognitivos, etc.
¿Qué áreas y tratamientos abarca la atención temprana?
La Atención Temprana es una disciplina que persigue la estimulación global del niño o niña tratando de incidir en todas las áreas necesarias para lograr un desarrollo pleno de sus capacidades. Las principales áreas son:
Desarrollo motor: Mediante programas de fisioterapia y terapia ocupacional. Se incide en aspectos como el control postural y cefálico, sedestación y bipedestación, motricidad gruesa y fina, coordinación sensorio motriz, control y precisión de movimientos o deambulación autónoma.
- Desarrollo cognitivo: A través de programas específicos y de la orientación psicopedagógica a la familia. Se trabaja la atención, percepción, memoria o razonamiento y aspectos como la capacidad de resolución de problemas, velocidad de procesamiento o funciones ejecutivas de organización, planificación y toma de decisiones.
- Desarrollo del lenguaje y la comunicación: Mediante programas de logopedia específicos para cada trastorno. Se trabaja el nivel comprensivo como expresivo, potenciando la adquisición del lenguaje oral o alternativos como los sistemas de comunicación con apoyo de signos o pictogramas.
- Desarrollo socioafectivo: Mediante intervención y orientación psicológica. Se promueve el desarrollo socioemocional, las habilidades de interacción social, las conductas de vinculación y apego, la regulación conductual y emocional, las primeras habilidades de juego o el establecimiento de relaciones sociales satisfactorias.
¿Quién se encarga de valorar la necesidad de estas terapias?
Desde el nacimiento, el niño debe seguir unas revisiones periódicas para mantener un control de su desarrollo. En general suele ser una labor del pediatra, quien detectará en estas revisiones si es necesario recibir atención temprana. Tu pediatra podrá recomendar la evaluación por parte de otros especialistas siempre que considere que el niño presenta retrasos o dificultades en su desarrollo. Como hemos comentado, esta evaluación siempre será de forma multidisciplinaria, con la intervención de diferentes especialidades, que permita determinar en profundidad cada una de las necesidades del individuo.
También se considera esencial la evaluación de la familia o cuidadores que permita conocer las necesidades y prioridades del núcleo.
Por tanto, siempre que os preocupe algo o notéis que algo no va bien en su desarrollo, no dudéis en comentarlo con vuestro pediatra. En ocasiones este trastorno del neurodesarrollo puede ser leve o transitorio, lo que hace que la intervención de Atención Temprana no sea necesaria o solo temporal. De todas formas, siempre será mejor derivar al niño y que se evalúe si necesita de este tipo de atención, que esperar a ver si la situación mejora por sí sola mientras se pierde un tiempo que puede ser fundamental en su desarrollo posterior.
Comentarios recientes