¿Qué conocemos como herpes labial?
Todos hemos visto o padecido las típicas «calenturas» o «pupas» que aparecen en los labios o alrededor de la boca; pues eso es el herpes labial, una infección viral provocada por el virus del herpes tipo I.
¿Qué síntomas o signos podemos observar?
Este virus produce lesiones dolorosas alrededor de la boca en forma de ampollas. Las lesiones suelen comenzar con un enrojecimiento en el área de la boca que, más tarde dará lugar a vesículas dolorosas de tamaño pequeño. Con el paso de los días estas vesículas se abren para dejar salir el líquido que está en su interior, formando posteriormente una costra que unos días más tarde desaparece. Por lo general, este proceso infeccioso dura entre 10 y 14 días y no suele dejar marcas, aunque puede propagarse con facilidad a otras áreas de la boca o el rostro.
Si es la primera vez que el niño entra en contacto con el virus, especialmente si es menor de 5 años, puede presentar otros síntomas asociados, como fiebre alta, babeo, inflamación de las encías (gingivitis), ganglios en el cuello y dificultad para comer, debido a lesiones orales internas.
Aunque lo más frecuente es que esa infección no produzca ningún síntoma, de modo que pasa desapercibida y, aunque nuestro organismo elabora defensas, el virus se queda en nuestro cuerpo, al parecer de por vida. Más tarde, en determinadas circunstancias ese virus, que está como «adormecido», se activa y produce las lesiones que hemos descrito alrededor de la boca.
¿Es muy frecuente?
Según la OMS, casi el 70% de la población menor de 50 años estaría infectada por el virus, pero gracias a las defensas del organismo, este pasa desapercibido sin provocar síntomas. Tan solo en determinadas situaciones es cuando se activa y causa las lesiones orales.
El virus es altamente contagioso, se tengan o no síntomas. Y aunque para la mayoría de nosotros no es peligroso, sí podría serlo para personas con un sistema inmunitario debilitado o para bebés menores de seis meses.
¿Cómo se contagia?
La mayoría de las infecciones de los niños con el virus del herpes proviene del contagio con los adultos. Básicamente, la infección se transmite por contacto directo con las vesículas o ampollas características del herpes y una vez que el niño se ha contagiado, el virus se instala en las células de los ganglios nerviosos sensitivos.
¿Qué desencadena el herpes labial?
Como hemos comentado, cuando una persona entra en contacto con el virus, este permanece «dormido» hasta que se reactiva por determinadas circunstancias, como, por ejemplo:
- Infecciones o ciertas enfermedades.
- Fiebre.
- Exposición al sol, al calor o al frío.
- Estrés y fatiga.
- Pequeños traumatismos y lesiones en la piel de los labios.
- Malnutrición y deshidratación.
- Causas hormonales, por ejemplo, durante el periodo menstrual en la adolescencia.
Algunas personas son más propensas que otras al herpes labial, y cualquier circunstancia hace que aparezca la lesión. En esos casos hablaríamos de herpes recurrentes (seis o más episodios al año), y es importante consultarlo con el pediatra si se produce.
¿Cuál es el tratamiento?
En los casos de herpes labial no es necesario tratamiento específico, solo aliviar los síntomas y evitar el sangrado de las costras con algún protector labial como vaselina (sobre todo cuando están en la fase costrosa) o los parches indicados para la protección de las vesículas (para cuando están en la fase ampollosa). En los casos recurrentes el tratamiento es el mismo, pero si se conocen las circunstancias que provocan los «ataques» conviene evitarlas. Las cremas con antivirales solo se pautarán en determinados casos concretos dado su relativo escaso efecto.
¿Cómo puedo prevenirlo?
Para prevenirlo debemos evitar compartir utensilios, como cubiertos o vasos y evitar el contacto con las lesiones ampollosas de la persona infectada, así como mantener una buena higiene de manos y educar a los niños en este aspecto.
Sobre todo, si tu bebé es menor de 6 meses recomendamos extremar las precauciones y en caso de que alguna persona cercana tenga herpes labial, se recomienda utilizar mascarilla y cubrir las lesiones cutáneas.
Los niños con herpes labial, sea o no recurrente, no deben ser excluidos de las actividades de grupo, aunque deben evitar compartir utensilios y extremar las medidas de higiene.
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