¿A que llamamos orzuelo?

Es la infección de las glándulas sebáceas de los párpados producida, generalmente, por una bacteria llamada estafilococo. Rápidamente, aparece un bulto, algo enrojecido y doloroso. Puede localizarse en el borde interno del párpado, con la punta hacia dentro (orzuelo interno) o en el borde externo y con la cabeza hacia fuera (orzuelo externo).

¿Por qué en los niños es más frecuente?

No es la edad lo que predispone a un niño a ser más propenso a sufrir orzuelos que un adulto, sino los hábitos de higiene. Nuestros pequeños suelen llevarse las manos sucias a los ojos con frecuencia, por ello es más frecuente en niños.

Hay que tener en cuenta que en parques, guarderías y colegios se concentran muchas bacterias, por lo tanto, es vital educar al niño desde una edad temprana sobre la importancia de mantener sus manos limpias.

Además, si el niño usa gafas es vital enseñarle la importancia de mantenerlas limpias, guardadas en el estuche si no está usándolas y no prestarlas a otro niño bajo ningún motivo.

¿Cómo se hace el diagnóstico?

Es clínico, es decir, mediante observación por parte de tu pediatra y sin necesidad de pruebas complementarias.

¿Cómo se trata?

La mayoría curan espontáneamente sin tratamiento. Sin embargo, para evitar que persista por más tiempo de lo normal, es vital seguir una serie de recomendaciones como:

  • No intentar extirpar el bulto en el ojo bajo ningún motivo.
  • Dejar que la lesión drene por sí sola.
  • Mantener limpias las manos del niño y enseñarle que no debe tocarse los ojos.
  • Mantener una adecuada higiene de sus párpados y limpieza de éstos con toallitas de higiene ocular.
  • Es útil la aplicación de calor seco y masajes varias veces al día. El calor podemos aplicarlo mediante paños calientes (con cuidado que no quemen, por ejemplo, un trapito planchado) y los masajes debemos darlos de forma vertical (si es el párpado superior, de arriba hacia abajo, en el inferior en sentido contrario). Esto ayudará a desobstruir la glándula y a disminuir el dolor y la inflamación.

Si no mejora o tiene mal aspecto, debes consultar a tu pediatra quien valorará si es necesario aplicar una pomada con antibiótico o, si no se resuelve, puede necesitar hacer una pequeña incisión para que salga el contenido de la glándula.

Es importante recordar que el orzuelo es contagioso así que es mejor evitar el contacto con otros niños o con otras personas que ya lo tengan. Es importante decírselo al pequeño para que lo sepa y evite el contacto.

¿Qué pasa si se enquista?

Si el orzuelo no desaparece en el tiempo previsto, puede enquistarse y formarse lo que conocemos como un chalazión infantil. En este caso no es doloroso ni esta enrojecido, aunque puede ser molesto y durar meses. No suele precisar tratamiento ya que suelen sanar solos con el paso del tiempo, aunque en ocasiones se pauta un tratamiento oftalmológico con corticoides y antibióticos de uso tópico.

Si el orzuelo enquistado en niños persiste y no ha respondido al tratamiento médico, será necesario derivación al oftalmólogo que valorará si es necesario eliminarlo a través de una cirugía.

¿Qué otro proceso podemos ver en los párpados?

No debemos confundir con otra patología de los párpados, la blefaritis, en la cual se produce inflamación de todo el borde palpebral, que puede estar rojo, con escamas secas y pegadas o con costras difíciles de despegar. Puede producir picor e irritación de los ojos. Suele afectar a los dos ojos, de forma persistente o intermitente.

El tratamiento consistirá en limpiar el borde del párpado con un bastoncillo de algodón húmedo o con toallitas oculares para retirar las escamas o las costras. En algunos casos también será necesaria la aplicación de un antibiótico sobre el borde de los párpados.

¿Cómo se pueden prevenir?

Hay niños que tienen tendencia a padecer orzuelos y blefaritis. Algunas medidas sencillas pueden ayudar a evitar que esto ocurra:

  • Limpiarse los párpados todos los días con un jabón especial para los ojos.
  • Lavarse las manos con frecuencia.
  • Evitar tocarse los ojos con las manos sucias.
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