¿Qué es?
Es la adherencia entre los labios menores, lo que no permite ver completamente la entrada a la vagina ni, en ocasiones, el meato uretral (orificio por donde sale la orina).
Es uno de los problemas ginecológicos más frecuentes antes de la pubertad siendo más común entre los 3-6 meses y los 6 años, sobre todo en niñas menores de 2 años.
No es un defecto congénito, es decir, no se debe a una malformación al nacer ni un defecto en su desarrollo embriológico, sino que en muchas ocasiones se cierran una vez han nacido.
¿Cuáles son los síntomas?
Las sinequias pueden ser totales o parciales (la más habitual) y generalmente no producen síntomas, siendo detectadas en las exploraciones rutinarias por el pediatra.
Si son totales pueden ocasionar molestias o dificultad para orinar, goteo después de orinar, molestias vaginales o flujo vaginal más abundante o con mal olor y más raramente infecciones de orina. Pero, como os comentamos, en la mayoría de los casos, no presentarán ningún síntoma.
¿Por qué se produce?
La causa no está del todo clara, pero se ha relacionado con un bajo nivel de estrógenos a esas edades (normal en niñas antes de la pubertad). Por ello, la sinequia vulvar no se observa al nacer ya que las niñas recién nacidas todavía tienen las hormonas de su madre que atravesaron la placenta.
También se ha relacionado tras procesos inflamatorios locales que puede dar lugar a la fusión de los labios menores. La piel de los labios menores es tan frágil e inmadura que tras una inflamación pueden llegar a fusionarse ambos labios menores. Esta agresión podría producirse en el contexto de limpieza excesiva con toallitas comerciales, una dermatitis del pañal o infecciones de la zona (vulvovaginitis).
En algunos casos puede existir alguna lesión previa que favorezca esta fusión, como heridas, inflamación por alguna infección o llagas producidas por alguna enfermedad, si bien en la mayoría de niñas afectas no existe un desencadenante inflamatorio evidente.
Hay factores que pueden favorecer su aparición, como una higiene inadecuada o insuficiente, sin separar los labios de la vulva durante los primeros meses de vida para su limpieza correcta y completa.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico se suele realizar mediante la inspección de la vulva. En la mayoría de los casos es identificada en las revisiones rutinarias realizadas por el pediatra o es observada de manera casual por los padres, ya que no presenta síntomas.
¿Necesita tratamiento?
En cuanto al tratamiento, existen varias opciones en función de la edad, de si son parciales o totales y de los síntomas o repercusión que produzcan en cada niña.
En niñas preadolescentes, con adherencias parciales y sin síntomas con la micción ni infecciones de orina de repetición, puede adoptarse una actitud expectante, pues en muchas ocasiones se resuelven espontáneamente durante el desarrollo puberal por el incremento de los niveles de estrógenos.
Cuando la sinequia es amplia, puede provocar infecciones de repetición (locales o urinarias) y debe ser tratada.
Actualmente existen diferentes opciones en cuanto a su tratamiento:
- Actitud expectante: Si no tiene síntomas el pediatra, de acuerdo con los padres, puede decidir observar la evolución informando de los signos que deben vigilar. En caso de presentarse nuevos síntomas, se valorará de nuevo si es necesario liberar la sinequia.
- Preparados tópicos: Se puede optar por aplicar: vaselina pura, preparados de vitamina A+D, crema de corticoide o crema de estrógenos separando suavemente los labios, según las pautas dadas por su pediatra o cirujano pediátrico.
- Liberación manual: Liberar la sinequia separando los labios menores. En estos casos lo que se hace es «despegar» los labios menores con un objeto romo. Se trata de un procedimiento sencillo, corto, poco traumático y habitualmente indoloro, que realizará el cirujano pediátrico o el pediatra. Puede aplicarse previamente crema anestésica.
- Intervención quirúrgica: se reserva para aquellas niñas en las que los tratamientos anteriores no han funcionado o si la sinequia que presentan es muy grande.
¿Qué cuidados hay que tener después de que se separe la sinequia?
Tanto la separación manual como la aplicación de cremas deben ir acompañadas de unas medidas de cuidado e higiene para que los labios no vuelvan a adherirse:
Deben evitarse irritantes locales como jabones, tejidos sintéticos, ropa ajustada, etc.
- Se aconseja utilizar jabones con pH neutro.
- Retirar con suavidad las secreciones acumuladas en los pliegues labiales usando esponjas suaves o la mano.
- Limpiar en dirección de delante hacia atrás para evitar la contaminación de la vulva y vagina con agentes infecciosos de orina y heces.
- Tras limpiar y secar la zona, hidratar los genitales con cremas suaves a base de vaselina o vitamina A+D.
Además, se recomienda realizar controles por parte de los padres y el pediatra para comprobar que la sinequia no ha vuelto a producirse.
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