Ante lo ocurrido recientemente, en el blog de hoy hablaremos sobre qué podemos hacer ante una inundación y cómo podemos proteger a nuestros hijos/as y a nosotros mismos.

Hacer frente a una inundación es difícil y abrumador para cualquier persona, pero especialmente para los niños y niñas y sus familias. Si vives en una zona con riesgo de inundación, estos consejos de expertos te ayudarán a garantizar tu seguridad y la de tu familia.

¿Qué podemos hacer previamente?

  • Habla sobre las inundaciones con tus hijos/as: Enséñales qué son las inundaciones, los motivos por los que se producen y cómo reconocer la situación de peligro.

  • Prepara un plan de seguridad: Ten en mente una vía de evacuación segura que se pueda utilizar en caso de inundación y practica la evacuación con tu familia. Además, determina un punto de encuentro por si en algún momento se separan. También es recomendable tener preparado un “kit de emergencia” que incluya alimentos no perecederos, medicamentos, un botiquín de primeros auxilios, una linterna, pilas y agua para varios días.
  • Conoce los riesgos de tu zona: Infórmate sobre el tipo de inundación que se puede producir en tu zona, el nivel de riesgo de tu hogar y los números de emergencia locales disponibles a los que llamar para pedir ayuda. Sigue las previsiones meteorológicas y averigua cómo funciona el sistema de alerta local para estar atento a los avisos.
  • Enseña a nadar a tus hijos: Los ahogamientos causan la mayoría de los fallecimientos que se producen durante las inundaciones, por ello es recomendable que tus hijos sepan cómo mantenerse a flote, cómo nadar y hacia donde dirigirse en caso de corrientes.

  • Guarda los documentos en un lugar seguro: Coloca los papeles importantes, como los documentos de identidad, en un lugar alto o dentro de algo que los proteja del agua (por ejemplo, una bolsa de plástico con cierre) para reducir el riesgo de que sufran daños.

¿Qué hacer durante la inundación?

  • Escucha a las autoridades locales: Estate atento a las noticias de la televisión, emisora de radio local o paginas oficiales online para conocer la evolución del tiempo y los consejos oficiales. Si las autoridades recomiendan una evacuación, sal de inmediato con el kit de emergencia y tus documentos de identidad. No intentes cruzar las barricadas y dirígete por las rutas recomendadas por las autoridades.
  • Protege tu hogar: Antes de evacuar, solo si tienes tiempo suficiente y puedes hacerlo sin correr riesgos, desenchufa los electrodomésticos y cierra todos los suministros, como la electricidad, el gas y el agua.
  • Sitúate en un lugar elevado: Para evitar tanto la subida del nivel del agua como el agua estancada o en movimiento, acude a un lugar más alto. Durante una inundación el agua puede fluir muy rápido, nunca intentes caminar, nadar o conducir para cruzarla. Si te encuentras dentro de tu vehículo y este empieza a llenarse de agua, súbete al techo. Si no puedes salir de un edificio, vete al nivel más alto y sube al tejado solamente si es necesario. No es conveniente refugiarse en un espacio cerrado en la parte más alta de la casa, como un desván o un ático, ya que el aumento del nivel del agua podría impedirte salir.
  • No dejes que tus hijos entren en agua en movimiento o estancada durante una inundación: Incluso una pequeña cantidad de agua en un sótano puede suponer un riesgo para la salud de los niños y niñas. Además, advierte a los jóvenes que saben conducir que nunca deben hacerlo durante una inundación.
  • Informa a tus seres queridos: En cuanto llegues a un lugar seguro y te sea posible, informa a los demás miembros de tu familia o a tus allegados.

¿Qué hacer después de la inundación?

  • Mantente al tanto de las novedades: Sigue la información actualizada que difundan las autoridades locales y regresa a tu hogar solamente cuando se considere seguro.

  • Protege la salud de tu familia: El agua contaminada debido a las inundaciones presenta numerosos riesgos para tu salud y la de tu familia por la presencia de gérmenes. En la medida de lo posible, no dejes que tus hijos se acerquen esta agua. Si tus hijos han estado expuestos, báñalos en cuanto puedas y trata de que se laven las manos con frecuencia. Si tú o algún miembro de tu familia no se encuentran bien, consulta a un médico tan pronto como sea posible.
  • Protege los alimentos y el agua: Cubre la comida y el agua para protegerlos de la contaminación y, antes de usarla, hierve el agua durante al menos 3 minutos si procede de fuentes de agua sin tratar. Utiliza agua hervida para cocinar y para lavar tanto los alimentos como los utensilios que uses para la comida. Nunca bebas agua contaminada ni comas alimentos que se hayan mojado.
  • Limpia con cuidado: Trabaja despacio, protégete a la hora de limpiar con guantes y mascarilla y presta atención a los posibles peligros, como los escombros y los cables eléctricos. Si bombeas agua fuera de tu casa, hazlo con mucho cuidado. Si puedes, seca todo lo posible en un plazo de entre 24 y 48 horas, mantén bien ventiladas las zonas que estén húmedas y tira todo lo que no se pueda secar o arreglar, incluyendo aquellas pertenencias muy contaminadas. Limita al máximo la participación de tus hijos en la limpieza. Para que los niños, niñas y jóvenes puedan regresar a casa sin correr ningún peligro, limpia y desinfecta los juguetes, la ropa y las habitaciones.

¿Cómo debo actuar a nivel emocional con mi hijo/a tras la inundación?

  • Empieza una conversación abierta: Dales la oportunidad a tus hijos/as para conversar sobre cómo se sintieron durante la inundación, y anímalos a hablar de cualquier preocupación, miedo o angustia que puedan sentir. Muéstrales que los escuchas con atención y que te preocupa mucho cómo se sienten.
  • Transmite tranquilidad: Explícales que las inundaciones y sus consecuencias son hechos puntuales y naturales, de los que nadie es responsable. Ofrece afecto y seguridad a tus hijos pasando tiempo con ellos y abrazándolos aún más que de costumbre.
  • Detecta las señales de sufrimiento emocional: Muchas veces, los niños y niñas pueden parecer estar bien durante aproximadamente un mes después de un desastre y tras este primer mes comenzar a mostrar síntomas de un trauma. Es normal que tu hijo se sienta angustiado, pero si la angustia no desaparece al cabo de unos meses o si tu hijo muestra síntomas más graves, como ataques de pánico o el deseo de hacerse daño a sí mismo o a los demás, habla inmediatamente con tu pediatra.
  • Practica ejercicios de relajación con tus hijos: La respiración abdominal profunda es una técnica muy útil que puedes utilizar con tus hijos mayores. Con los más pequeños, puede convertirse en un juego: cada hora, pídeles que ralenticen la respiración para ver si son capaces de calmar su mente y su cuerpo.
  • Trata de mantener algún tipo de rutina: Aunque pueda resultar increíblemente difícil, acostarse o comer a la misma hora ayudará a tus hijos a sentirse algo más cerca de su vida antes de la inundación.

Esperamos que estos consejos os sean útiles y, aunque esperamos que no tengáis que necesitarlos, es importante que los conozcáis para proteger tantos a vuestros hijos como a vosotros mismos. Y ante cualquier duda consulta con tu pediatra.

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