¿Qué es?
El megaloeritema, también llamado eritema infeccioso, quinta enfermedad o popularmente llamado enfermedad de la bofetada es una enfermedad vírica que se manifiesta con una erupción muy característica en las mejillas que hace que se parezca a una bofetada.
¿Solo afecta a niños?
No, puede aparecer a cualquier edad, pero suele afectar principalmente a los niños en edad preescolar o escolar. Muchos adultos ya habrán pasado la infección por este virus, pero no lo recuerdan.
¿Qué virus lo produce?
Está provocado por el parvovirus B19, que es un virus exclusivamente humano.
No es el mismo parvovirus que afecta a perros y gatos, por lo que no es posible el contagio de una mascota o viceversa.
¿Cómo se contagia?
El contagio tiene lugar principalmente por vía respiratoria, a través de las gotitas de saliva que se emiten al hablar, al toser o al estornudar. El enfermo puede contagiar la enfermedad durante el periodo de incubación y al inicio de los síntomas inespecíficos y deja de ser contagioso cuando aparecen las primeras manifestaciones cutáneas.
Es un virus muy contagioso que suele producir brotes en los colegios, siendo más frecuente durante los meses de primavera y verano.
¿Qué síntomas produce?
Se inicia con síntomas inespecíficos como dolor de cabeza, mocos o algo de malestar general. Puede o no aparecer fiebre o febrícula.
Posteriormente brota la erupción típica que comienza en las mejillas y es de color rojo brillante, que da a los niños un aspecto de “mejillas abofeteadas”. Los niños pueden referir sensación de calor en la cara y suele durar 3-5 días.
La lesión cutánea se suele extender después por el resto del cuerpo, siendo más frecuente que afecte a nalgas, extremidades y tronco, con lesiones rojizas, no elevadas y reticulares que dan un aspecto ‘’de red o encaje’’. No suele aparecer en las palmas y las plantas. En ocasiones puede picar aunque no es lo habitual, pero por lo demás, no suele afectarse el estado general del niño.
Lo habitual es que desaparezcan las lesiones en 1 o 2 semanas, pero la erupción se puede reactivar durante varias semanas después por determinados factores como la luz, el sol, el calor o el ejercicio físico.
¿Qué complicaciones pueden aparecer?
Ocasionalmente puede aparecer dolor articular, sobre todo en manos, muñecas, tobillos y rodillas, siendo esto más frecuente en adolescentes o adultos. También pueden presentarse complicaciones en personas inmunodeprimidas, con anemia falciforme o embarazadas.
Pero, en general, es una entidad leve y benigna y los niños se recuperan rápidamente sin complicaciones.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico es clínico, es decir, tu pediatra, viendo las características de las lesiones y conociendo sus síntomas y evolución junto con la explorando del niño llegará a su diagnóstico, no siendo necesaria, en general, ninguna prueba de laboratorio, salvo complicaciones.
¿Cuál es su tratamiento?
No suele precisar ningún tratamiento salvo lo necesario para los síntomas que presente. Si aparecen dolores articulares, fiebre o malestar se puede administrar algún analgésico / antitérmico habitual (paracetamol o ibuprofeno).
Respecto a la erupción, no precisa tampoco ningún tratamiento específico. Sí es importante evitar desencadenantes como el calor, el sol o el ejercicio, así como mantener la piel bien hidratada y, en caso de picor, tu pediatra podrá pautarte un antihistamínico si es necesario.
¿Puede acudir a la guardería o a la escuela?
Cuando están en la fase de la erupción, que es cuando se puede reconocer la enfermedad, ya no son contagiosos, por lo que no es necesario tomar ninguna medida de aislamiento, pudiendo hacer vida normal y asistir a clase si el niño se encuentra bien.
¿Cómo se puede prevenir?
Como toda enfermedad que se contagia por vía respiratoria, las medidas generales de lavado de manos y tener unas buenas prácticas al toser o estornudar ayudarán a evitar su propagación y contagio.
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