Las denominadas manchas café con leche en la piel de los niños son relativamente frecuentes, sobre todo cuando se presentan de forma aislada. Estas manchas en general no tienen importancia, pero ocasionan dudas y preocupación en los padres.
No se conoce el origen en muchos de los casos, aunque en algunos casos podrían estar relacionadas con determinados síndromes que determinan o favorecen su aparición.
¿Qué son?
Son manchas de color marrón claro, de ahí su nombre, que aparecen en cualquier parte de la piel del cuerpo, en número variable y pueden ser de diferentes tamaños. Suelen tener forma redonda u ovalada y de bordes nítidos, además de planas.
Pueden apreciarse desde el nacimiento o bien aparecer en la primera infancia. Habitualmente al inicio presentan un color muy claro, que las hace incluso difíciles de distinguir, pero posteriormente, a medida que crece el niño, aumentan de tamaño y se hacen más oscuras, volviéndose más evidentes sobre los 2 años.
¿Por qué aparecen?
Las manchas café con leche se deben, en la mayoría de las ocasiones, a una acumulación de pigmento en la piel. La melanina es el pigmento que le da color a la piel, y las manchas café con leche se producen cuando hay una concentración anormal de melanina en un área específica de la piel.
¿Qué importancia tienen?
Hasta un 10% de la población tiene una o dos manchas café con leche. Es decir, la sola presencia de estas manchas no supone necesariamente que exista alguna patología. Por lo que en el caso que sean solitarias no suelen tener problemas añadidos y no requieren de ningún estudio adicional salvo la observación periódica.
Sin embargo, en ocasiones, pueden ser un signo de alguna enfermedad. Así, estas lesiones están presentes en el 95% de los pacientes que padecen una enfermedad llamada neurofibromatosis. Se considera un criterio de neurofibromatosis la presencia de 6 o más manchas café con leche, de un tamaño igual o mayor a 5 mm en niños y a 15 mm en el caso de los adolescentes.
También pueden aparecer manchas café con leche en otras enfermedades como el síndrome de McCune-Albright, la esclerosis tuberosa o la anemia de Fanconi, entre otras.
¿Cómo se diagnostican?
Se deben comentar su presencia cuando se lleve el niño al pediatra para que anote su existencia, las valore y plantee la realización de estudios en caso de que sean oportunos. Lo normal es que estas manchas permanezcan a lo largo de toda la vida del niño y solo precisen observación clínica por tu pediatra.
Sobre todo, serán de mayor importancia si hay al menos tres o más manchas de estas características, especialmente en zonas como las axilas, el pecho o área inguinal. En estos casos tu pediatra valorará si es conveniente pedir estudios enfocados a descartar algunas enfermedades. Aunque es importante recordar que estas enfermedades no tienen que estar presentes por el mero hecho de que las manchas sí lo estén.
¿Precisan tratamiento?
Las manchas «café con leche» por sí mismas no necesitan ningún cuidado especial. Éstas no presentan una transformación maligna con el tiempo. En consecuencia, no se requiere tratamiento para ellas, salvo que generen una molestia estética en quien las padece.
Se deberá seguir su evolución (tamaño y sobre todo el número de las manchas) y estar alerta por si apareciera algún otro síntoma o signo sugestivo de alguna de las enfermedades con las que se puede asociar.
¿Qué pronóstico y/o evolución tienen?
Como hemos comentado, en muchos casos la presencia de estas manchas se produce de forma aislada y no traduce ninguna enfermedad o problema, por lo que su evolución y pronóstico será bueno, simplemente podremos notar que crecen en tamaño al igual que crece nuestro hijo/a. En los casos en los que sean más numerosas sí puede tener relación con algunos síndromes, por lo que su presencia siempre debe ser comentada a tu pediatra para su seguimiento y valoración.
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