Llega el calor, y con el calor, el aumento de necesidad de hidratación en adultos, niños y bebés. Esto nos lleva a pensar que los bebés, igual que nosotros, necesitan agua. Sin embargo, no es así. No hace falta darles agua disminuyendo la ingesta y no es solo una cuestión de poder prescindir de ella o no, es que, si les damos, corremos el riesgo de malnutrición, como explicaremos más adelante.

 

 

Los bebés menores de 6 meses que toman pecho, ¿necesitan agua?

Los bebés menores de 6 meses que toman pecho lo hacen, según la recomendación, de manera exclusiva. De manera exclusiva y a demanda, y esto quiere decir que no necesitan ninguna fuente externa de agua porque toda la que necesitan la reciben de la leche materna. La leche materna está compuesta en un 88% de agua, así que cuando un bebé come, además de nutrirse, está bebiendo agua, es decir, se está hidratando y nutriendo a la vez y por eso no hay que darle más agua de la que recibe con el pecho. En verano, con el calor, es normal que tengan más sed, que necesiten más agua, por eso los bebés tienden a aumentar la frecuencia de las tomas. Es decir, ellos mismos piden pecho más veces porque tienen sed, añadiendo algunas tomas cortas durante el día a las tomas habituales. Solo en el caso de tener hipogalactia (menos producción de leche) hay que vigilar.

Los bebés menores de 6 meses que toman leche de fórmula, ¿necesitan agua?

Los bebés menores de 6 meses que toman leche de fórmula necesitan también más agua en verano, porque hace calor, pero tampoco hace falta darles agua en un biberón porque ya la reciben de la mezcla entre agua y polvo que realizamos al preparar el biberón. Son 30 ml de agua por cada cacito de polvo, así que, si un bebé toma por ejemplo 7 biberones al día de 120 ml, está tomando la nada despreciable suma de 840 ml de agua diarios. Si el bebé necesitara más agua los pediatras no recomendaríamos 30 ml por cacito, sino que diríamos que necesita 35, 40, 50 ml por cazo, o recomendaríamos que en invierno 30 ml y en
verano 40 ml. PERO NO, NO HAY TAL RECOMENDACIÓN: siempre se prepara el biberón en una concentración de 30 ml por cazo.

Si acaso, igual que hacen los bebés amamantados, debemos tener especial cuidado endarles el biberón a demanda. No cada 3 horas, cada 4, sino cuando el bebé lo pida. Así quizás aumente un poco la frecuencia y en consecuencia notéis que come un poquito menos por toma ya que está haciendo más tomas en un día.

¿Qué problema hay si le doy agua?

El tamaño del estómago de los bebés es muy pequeño. Tan pequeño, que cuando comen nocomen mucho y, por ello, deben comer muy a menudo (un bebé amamantado puede llegar a hacer de 8 a 12 tomas cada 24 horas, sino más). Además, los bebés cuando comen, enseguida digieren lo que han comido y necesitan comer más. Y, aquello que comen debe ser un alimento altamente nutritivo y con calorías suficientes para aportarles lo necesario para vivir y lo necesario para crecer. Por ello, para lograr todo eso, necesitan comer, no beber agua. Si les damos agua estarán llenando su estómago de un líquido muy hidratante, pero nada nutritivo, ocupando un espacio en el que luego no podrá entrar la leche. Esto puede dar lugar a que tomen menos leche al día, con el consiguiente riesgo de pérdida de peso o malnutrición si esto se prolonga.

Entonces ¿Cuándo debo de darle agua a mi bebé?

El agua debe ofrecerse a los bebés a partir de los 6 meses, porque es la edad en que inician la alimentación complementaria. Si empiezan con ella antes, se les puede ofrecer agua antes. Esto es así porque en el momento en que comen otras cosas pueden estar tomando menos agua. Pero hasta el año la leche materna (o artificial) sigue siendo la fuente principal de alimentación de los bebés, y ésta sigue aportando toda el agua que necesitan. También debemos tener en cuenta que muchos de los alimentos que les damos tienen un alto porcentaje de agua. Las verduras y la fruta, por ejemplo, difícilmente harán que el bebé tenga sed.

Así que, si le ofrecemos agua y no la quiere, no hay que forzarle a beberla. A medida que vaya creciendo y tome más cantidad de alimentos sólidos, generalmente beberá el agua que se le ofrezca. Esa es  la recomendación: al empezar con la alimentación complementaria, ofrecer un poco de agua por si quiere. Si la bebe, perfecto, si no, no pasa nada, además, siendo recomendable que sea lejos de las tomas para que no rechace el alimento, y como hemos comentado, sin forzarle.

¿Y cómo se la ofrezco?

Lo ideal es en un vaso o en una tacita (sí, aunque solo tenga 6 meses, cualquier bebé es capaz de beber así). No se aconseja dar agua al bebé directamente de una botella, aunque sea pequeña, para evitar infecciones y diarreas. Lo ideal es transportarla en envases bien cerrados y fríos para evitar que se contamine. Si sobra agua del vasito, mejor tirarla y no ofrecérsela otra vez.

A partir de los 12 meses: ¿cuánta cantidad de agua le doy?

Lo fundamental es no obsesionarse y confiar en que nuestro peque nos hará saber si tiene sed.  Si los bebés pequeñitos necesitan alrededor de un 10-15% de su peso en agua (que toman de la leche materna) a partir del año la cantidad total de agua que necesita un niño está en torno a 1,3 litros de agua diario. Esa agua la reciben de la leche materna (para aquellos que sigan con el pecho a partir de los 12 meses), de los alimentos que ingieren y del agua que beben. Con unos 4 vasos de agua al día, sería suficiente.

Pero esto es orientativo. Como comentamos antes, los niños tienen capacidad para autorregularse y, sobre todo, tienen una señal básica (ellos y nosotros) para saber que necesitan agua: la sed. Así que, aunque no está mal que se la ofrezcamos, ellos mismos nos la pedirán cuando tengan sed. Y si son pequeñitos y no saben aún decir “agua”, solo hay que acercársela y si se la beben, es que la necesitan. Si vuelven la cara, está claro: la respuesta es no. La clave está en ofrecer sin obligar.

Señales de hambre o sed en el bebé

Lo ideal es no esperar a que el bebé llore o se queje por hambre o por sed. Hay algunas señales tempranas que indican que el bebé busca alimento:

  • Gira la cabeza buscando el pecho.
  • Saca la lengua o chasquea la lengua. Son ruiditos relacionados con el reflejo se succión.
  • Empieza a succionar con fuerza sin nada en la boca, el chupete, o empieza a chuparse el dedo, a llevarse el puño (o las dos manos) a la cara o a la boca.
  • Se muestra inquieto. Si llora, ya ha llegado al punto de estar alterado y no conviene llegar a ese momento, especialmente cuando hace mucho calor. Pero previo al llanto, vemos que se mueve y se agita más de lo normal, incluso dormido.
  • Vigila que el bebé tenga buen aspecto, moje el pañal con frecuencia (al menos 4-5 pañales al día), y que la orina sea clara. De otra forma, podría ser signo de deshidratación.

Resumiendo, en bebés menores de seis meses no es necesario ofrecer agua si el bebé toma el pecho o el biberón de leche de fórmula a demanda (y al igual que no se le da agua, tampoco infusiones o zumos). Ni siquiera en los meses de mucho calor o en sitios con climas húmedos. En bebés mayores de seis meses, se les puede empezar a ofrecer agua con frecuencia en un vaso o en una tacita (no es necesario que sea biberón) y que el bebé tome lo que necesita.

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