Los Trastornos Alimenticios en adolescentes son cambios nocivos en los hábitos de alimentación de las personas, que tienen que ver con comer de más o con privarse de los alimentos. Los trastornos de la conducta alimentaria afectan la salud mental de una persona y pueden causar daños graves a la salud física. Éstos a menudo se desarrollan durante la adolescencia, o en la edad adulta temprana. Son más comunes entre las mujeres adolescentes, pero también pueden afectar a los varones adolescentes. No es inusual que los adolescentes cambien los hábitos alimenticios de vez en cuando. Algunos adolescentes experimentan con un estilo de alimentación diferente (por ejemplo, una dieta vegetariana) o siguen una dieta para perder peso. Ocasionalmente pueden saltarse una comida. A menudo, estos cambios pasan rápidamente. Observa cuidadosamente el comportamiento y los patrones de alimentación de su hijo adolescente. Esto lo ayudará a detectar la diferencia entre una dieta ocasional y un trastorno alimenticio.
¿Cuáles son los distintos tipos de trastornos de la conducta alimentaria?
Los tipos más frecuentes de trastorno de la conducta alimentaria en adolescentes son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, el trastorno por atracón y el trastorno por evitación/restricción de la ingesta.
Anorexia nerviosa:
Las personas con anorexia nerviosa:
- Comen muy poco a propósito, lo que lleva a un peso corporal muy bajo
- Tienen un miedo intenso a aumentar de peso y miedo a verse gordo
- Tienen una imagen corporal distorsionada y se ven gordos incluso cuando son muy delgados
- Se saltan comidas o rehúsan a comer con frecuencia
- Niegan tener hambre o ponen excusas para no comer
- Comen solo unos pocos alimentos «seguros», por lo general, con bajo contenido de grasas y calorías
- Las personas con anorexia nerviosa son muy estrictas sobre qué comer y en qué cantidad.
- Piensan en los alimentos o calorías casi todo el tiempo. Para perder peso, muchas personas con anorexia nerviosa ayunan o hacen demasiado ejercicio. Otras pueden usar laxantes, diuréticos o enemas.
Bulimia nerviosa:
Las personas con bulimia nerviosa:
- Comen demasiado y sienten que pierden el control y no pueden dejar de comer. Esto se llama «trastorno por atracón»
- Hacen cosas para compensar el exceso de comida, como:
- Vomitar a propósito después de comer en exceso, lo que se denomina «purga»
- Usar laxantes, diuréticos, pastillas para bajar de peso, ayunar o hacer mucho ejercicio para evitar el aumento de pes
- Se juzgan a sí mismas basándose solo en su aspecto corporal y en su peso
- Las personas con bulimia nerviosa comen mucho más (durante un período determinado de tiempo) que lo que come la mayoría de la gente. Si una persona se da atracones y se purga con regularidad puede ser un signo de bulimia nerviosa. Las personas con bulimia nerviosa pueden
estar delgadas, tener un peso corporal promedio o incluso tener sobrepeso. Además, suelen ocultar sus atracones y sus purgas.
Trastorno por atracón:
Las personas con un trastorno por atracón:
- Comen demasiado y sienten que pierden el control y no pueden dejar de comer
- Ingieren grandes cantidades de comida incluso cuando no tienen hambre
- Se pueden sentir mal o culpables después de haberse dado un atracón
- Amenudo suben de peso y pueden tener mucho sobrepeso
- Muchas personas con trastorno por atracón comen más deprisa de lo normal. Es posible que coman a solas para que los demás no se enteren de cuánto comen. Las personas con trastorno por atracón no vomitan de forma voluntaria, no usan laxantes ni hacen ejercicio físico para compensar sus atracones. Si una persona se da un atracón por lo menos una vez a la semana durante tres meses seguidos, esto puede ser un signo de que padece un trastorno por atracón.
Trastorno por evitación/restricción de la ingesta:
Las personas con trastorno por evitación/restricción de la ingesta:
- No tienen interés por la comida o evitan la comida
- Pierden peso o no aumentan de peso según lo que sería esperable
- No temen aumentar de peso
- No tienen una imagen corporal negativa o distorsionada de sí mismas
- Las personas con este trastorno no comen porque les disgusta el olor, el sabor, la textura o el color de la comida. Pueden tener miedo a vomitar y/o atragantarse con un alimento y sufrir asfixia por aspiración.
- Si como padre o madre nota alguno de estos signos y síntomas en su hijo adolescente, hable con su médico/pediatra. Le puede ayudar a evaluar los síntomas específicos de su hijo adolescente y recomendarle la mejor manera de ayudarlo.
¿Cuáles son las causas de los Trastornos Alimenticios?
Las ideas equivocadas que tienen las los adolescentes sobre sus cuerpos, así como sus inseguridades y miedos son las principales causas de estos trastornos. Algunos creen que deben ser más delgados o más fornidos para gustar a los demás; otros optan por comer de más para ser menos atractivos a causa de sus inseguridades (lo cual ocurre incluso inconscientemente). Pero este tipo de trastornos alimenticios en adolescentes no tiene una sola causa. Los genes, el ambiente y el estrés desempeñan también un papel importante. Hay algunos factores que pueden aumentar las probabilidades de que una persona tenga un trastorno de la conducta alimentaria, como los siguientes:
- Imagen corporal distorsionada o negativa
- Centrarse demasiado en el aspecto físico o en el peso
- Ponerse a dieta a edades tempranas
- Practicar deportes que se centran en el peso (gimnasia, ballet, patinaje sobre hielo y lucha libre)
- Tener un familiar con un trastorno de la conducta alimentaria
- Problemas de salud mental, como ansiedad, depresión o trastorno obsesivo compulsivo
- Ser víctima de bullying
¿Cómo se diagnostican los trastornos de la conducta alimentaria?
Si sospecha que su hijo tiene un trastorno alimenticio, cuanto antes consulte con tu pediatra o médico, mejor será. Al obtener ayuda a tiempo, su hijo adolescente puede prevenir los riesgos para la salud asociados con los trastornos alimenticios. Los profesionales de la salud o los profesionales de la salud mental pueden diagnosticar un trastorno de la conducta alimentaria basándose en el historial médico, los síntomas, las pautas de pensamiento, las conductas alimentarias y una exploración física. El médico registrará el peso y la estatura de la persona y comparará estas medidas usando una gráfica de crecimiento. Es posible que pida pruebas para saber si puede haber otra causa de los problemas relacionados con la alimentación y para evaluar los problemas causados por el trastorno de la conducta alimentaria.
¿Qué consecuencias pueden derivar de estos trastornos?
Algunas consecuencias de estos trastornos son:
- Aumento o disminución excesiva de grasa corporal
- Disminución de la presión arterial
- Aumento del colesterol y triglicéridos (que ocasionan problemas cardíacos)
- Cambios de coloración en la piel
- Trastornos del Sueño
- Trastornos en la Menstruación
- Pérdida de vitaminas
- Estreñimiento
¿Cómo se tratan los trastornos de la conducta alimentaria?
Los trastornos de la conducta alimentaria en adolescentes se tratan mejor cuando los lleva un equipo de profesionales, que suele incluir a un médico, un dietista o nutricionista y un terapeuta. El tratamiento incluye asesoramiento sobre nutrición, cuidados médicos y psicoterapia (individual, de grupo y familiar). En algunos casos puede ser que sea necesario medicación si hay ansiedad o depresión subyacente. Además, es muy importante asegurarse de que su hijo adolescente se sienta amado y apoyado por sus familiares y amigos durante el tratamiento de un trastorno alimenticio. Sentirse seguro y aceptado puede ayudar a formar una base sólida para que su hijo adolescente pueda comenzar a aprender hábitos nuevos y más saludables. Los detalles del tratamiento dependerán del tipo concreto de trastorno de la conducta alimentaria que presente la persona y de lo grave que sea. Algunas personas deben ser hospitalizadas debido a su extrema pérdida de peso y a las complicaciones médicas que presentan. Además, estos Trastornos de la Conducta Alimentaria se pueden prevenir fomentando la autoestima en los jóvenes, educándolos para que sean asertivos y no crean en todo lo que leen, ven o escuchan, ya que las inseguridades que viven casi siempre son provocadas por críticas de otros.
¿Cómo puedo hablar con mi hijo adolescente sobre mis preocupaciones?
Probablemente será difícil hablar con su hijo adolescente sobre sus preocupaciones de que tenga un trastorno alimenticio. Esté preparado. Su hijo adolescente probablemente negará que tiene un problema. Hágale saber a su hijo que la conversación no es opcional. Establezca un momento para hablar
con su hijo adolescente e inicie la conversación de manera cariñosa y gentil. Evite acusaciones o juicios, pero sea persistente al expresar sus preocupaciones. Hable en oraciones con “Yo” como sujeto (por ejemplo, “Yo estoy preocupado por ti”). Evite las declaraciones del tipo que comienzan con “Tú” (por ejemplo, “Tú estás escondiendo comida”). A menudo, ayuda simplemente hacerle saber a su hijo que usted está allí para ayudarlo y apoyarlo. Tenga en cuenta que su hijo adolescente enfrenta muchos cambios y presiones sociales. Su papel principal podría ser escuchar. Estos son algunos consejos para ayudar a su hijo a desarrollar una actitud saludable hacia la comida y el ejercicio físico:
- Brinde el mejor ejemplo posible con sus propios hábitos para una alimentación saludable y ejercicio físico.
- Muéstrele a su hijo que acepta su propio cuerpo. No se queje por su propio peso, ni se refiera a usted mismo como gordo.
- Muestre aceptación por las diferentes formas y tamaños del cuerpo. No critique el peso o la apariencia física de otras personas.
- Enséñele a su hijo que los medios de comunicación no son la vida real. Los medios muestran solo modelos delgados y personas “perfectas”, cuando las personas reales vienen en todas las formas y tamaños.
- Evite hacer comentarios sobre el peso o la apariencia física de su hijo.
- Proporcione muchas opciones de alimentos saludables en su hogar.
- Hable sobre los beneficios de la actividad física para mantenerse sano y fuerte, y no para perder peso.
- Desarrolle el respeto a sí mismo y la autoestima de su hijo adolescente. Felicite a su hijo por sus esfuerzos. Pida la opinión de su hijo adolescente. Aliéntelo a desarrollar habilidades e intereses.
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