La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que comienza en la infancia y se caracteriza por una función barrera alterada de la misma piel y cursa con:
- Sequedad (xerosis).
- Descamación… excoriación.
- Enrojecimiento.
- Prurito (picor).
Afecta al 10-20 % de la población pediátrica pero solo a un 1-3% de la población adulta. Mejora con la edad.
El 50 % debuta antes de los seis meses. Hay que trabajar desde el inicio con el lactante.
Causas
Existen componentes hereditarios, inmunológicos y ambientales, desencadenantes como el estrés, la polución, las radicaciones solares…
El 85 % presentan una IgE elevada (componente alérgico) pudiendo asociarse a rinitis o asma y ya no hablaríamos de dermatitis atópica sino del concepto de atopia.
Su médico descartará si existe o no, una base alérgica.
No solo es una piel “sensible”, es una piel que no cumple su principal función de barrera cutánea.
Debemos no frustrarnos y trabajar con ella:
- Recuperándola.
- Evitando agresores e irritantes.
Antes de pasar al tratamiento, recordar que existen lesiones asociadas:
- Lesiones hipopigmentadas, más visibles en niños bronceados.
- Queratosis pilar “piel de gallina”, en brazos y piernas.
- Pliegues de Dennie-Morgan (pliegue extra por debajo del párpado inferior).
- Palidez facial, manos frías, fenómenos vasomotores.
Tratamiento
Cursa en brotes, evitar frustraciones por recaídas. Objetivos:
- Restaurar la barrera cutánea.
- Hidratar.
- Aliviar el picor para reducir lesiones y e infecciones (mantener las uñas cortas).
El baño:
Ha de ser corto.
Con agua no demasiado caliente.
Utilizar gel sin detergentes, ni perfumes, ni colorantes, ni conservantes: Aceites levantes y Syndet.
Secado suave no esponjas.
Hidratación continua (paso fundamental):
Tanto en brotes como en situación crónica existen en el mercado emolientes específicos que se deben aplicar sobre la piel húmeda.
En los brotes la hidratación que debe existir se realizará con productos que no piquen o que no incrementen el picor (valorar vaselina).
Aliviar el picor:
El uso de antihistamínicos es frustrante pero junto con la hidratación, las uñas cortas y la mejora de la piel se conseguirá evitar el picor.
Medidas generales:
Eliminar muñecos de peluche.
Buena limpieza en la casa.
Evitar en lo posible contacto con mascotas.
Evitar abrigo excesivo.
Retirar rápidamente desencadenantes como el cloro, la sal, la arena o el sudor.
Ropa de algodón (evitar fibras y lanas).
Lavar la ropa con detergente suaves, aclarar bien y no utilizar suavizante.
Frente a agentes externos como la radiación solar la foto protección tiene que ser específica y con FPS 50+.
Tratamento del brote
El tratamiento precoz es esencial para conseguir una buena evolución.
El pediatra decidirá qué antiinflamatorio y durante cuánto tiempo se debe utilizar empezando con menor potencia (corticoide).
El uso de medicamentos tópicos en intercrisis como el Tracolimus y Pimecrolimús lo indicará su pediatra, Elidel© y Protopic©.
Es importante dentro del autocuidado que los pacientes y sus familiares conozcan qué medicación y por qué se está utilizando.
No abandonar medidas de recuperación de la piel, importante la concienciación y la continuidad.
La dermatitis atópica no aparece por falta de cuidados.
No solo es una piel sensible.
La dermatitis atópica presenta un desencadenante alérgico en el 85 % de los casos.
Si haciendo todo correctamente no mejora, es su pediatra el que debe revaluar tratamiento y evitar diagnósticos incorrectos como sarna, psoriasis, eczemas…
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