La enfermedad celíaca o celiaquía es una reacción del sistema inmunitario, en individuos genéticamente susceptibles, al consumo de gluten, una proteína que se encuentra en el trigo, la cebada y el centeno. Es aun una gran desconocida, pues debemos insistir que no solo es una
enfermedad digestiva sino también extradigestiva y debemos pensar en ella para no infradiagnosticarla.

Existe un claro factor genético, pero es el ambiental, la proteína del gluten (prolamina), la que al unirse a unas células de nuestro aparato digestivo desencadena una reacción inflamatoria que daña el revestimiento del intestino delgado e impide que éste absorba algunos nutrientes provocando síntomas gastrointestinales y malabsorción. Además, el daño intestinal puede causar diarrea, fatiga, pérdida de peso, hinchazón y anemia, y provocar complicaciones graves. En los niños, además, la malabsorción puede afectar el crecimiento y el desarrollo. Una vez se elimina el gluten de la dieta, las vellosidades del intestino sanan y pueden absorber los nutrientes con normalidad.

La prevalencia de los países occidentales se sitúa en torno al 1 % de la población. En el caso de España, la prevalencia oscila entre 1/71 en la población infantil. Un porcentaje importante de pacientes (75%) están sin diagnosticar debido, en su mayor parte, a que la enfermedad celiaca durante años se ha relacionado, exclusivamente, con su forma clásica de presentación. Sin embargo, el reconocimiento de otras formas atípicas de manifestarse, combinados con la mayor y mejor utilización de las pruebas complementarias disponibles, ha permitido poner de manifiesto la existencia de diferentes tipos de enfermedad celiaca.

¿Qué síntomas se pueden presentar?

Los síntomas que presentan los niños son variados y pueden adoptar múltiples manifestaciones que retrasen su diagnóstico. Estos síntomas no tienen por qué aparecer todos a la vez y suelen variar de acuerdo con el grupo de edad.

Síntomas más prevalentes en función de la edad:

  • En bebés y niños pequeños: Distención abdominal, Diarrea, Vómitos, Flatulencias con fetidez, Hinchazón, Desnutrición. También son frecuentes los cuadros de irritabilidad y crecimiento deficiente.
  • Niños de edad escolar. Este es el grupo predilecto de la celiaquía en niños. Suele haber mayor atrofia en su intestino por una exposición más prolongada. Como síntomas pueden presentar: Dolor en el estómago, Diarrea, Estreñimiento, Dificultad para ganar
    peso, Crecimiento lento, Flatulencias con mal olor. Otras formas son náuseas, anemia y defectos del esmalte dental.

 

  • En niños mayores: los signos evolucionan y a veces impiden asociarlos con un problema gastrointestinal. Estos episodios se consideran atípicos y son culpables de que pasen varios años antes de un diagnóstico correcto. Como síntomas pueden presentar: Retraso en el crecimiento, Baja estatura, Fatiga crónica, Úlceras en la boca, Erupciones cutáneas, Dolores de cabeza, Dolor en los huesos y en las articulaciones, Anemia.

Es importante resaltar que estos síntomas pueden estar causados por otros tipos de enfermedades. Además, en particular aquellos en grupos de alto riesgo, pueden no mostrar ningún síntoma y se descubre que son celíacos mediante un análisis de sangre. Por tanto, siempre es recomendable consultar a tu pediatra para realizar el diagnóstico, el cual solicitara las pruebas necesarias para confirmar o descartar la enfermedad.

¿Quiénes corren riesgo de padecer enfermedad celíaca?

Empezamos ahora con un tema importante y difícil que es el factor genético, que nos ayuda sobre todo para apoyar el diagnóstico y para, por ahora, excluir él mismo. Estos genes codifican unas proteínas en las células que se encargan de presentar la unión de las proteínas del gluten a otras y desencadenar la inflamación y el posterior daño.

En la población normal, existe un número de personas que los tienen pero que nunca desarrollaran la celiaquía, aunque hay que vigilarlos. Entre el 35 y el 40 % de las personas, son portadoras de uno o ambos genes celíacos, llamados HLA-DQ2 y DQ8. Quienes portan estos genes se consideran en riesgo de padecer enfermedad celíaca, aunque solo un pequeño porcentaje contraerá la enfermedad.

Los que acaban desarrollando la celiaquía (al existir otros factores ambientales desencadenantes) tienen los genes descritos. Además, recientemente, tras la realización de numerosos estudios familiares, también se ha atribuido un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad celiaca a los haplotipos DQ7 y DQ9. Es importante recalcar que el genotipado debe ser completo, y analizar todos, pues el avance en
este campo obliga a conocer perfectamente qué tenemos realizado.Por otro lado, hasta el 40,6 % de casos de enfermedad celíaca infantil se presentan en niños con familiares de primer grado con la condición o ante trastornos autoinmunes diagnosticados. A su vez, esta descrito, que los niños con síndrome de Down tienen hasta seis veces más probabilidades de contraer el trastorno.

Por tanto, los niños con una o más de las siguientes enfermedades corren mayor riesgo de sufrir la enfermedad celíaca: Familiares directos (hijos, hermanos) de una persona celíaca, Síndrome de Down, Diabetes tipo 1, Deficiencia selectiva de IgA, Síndrome de Turner, Síndrome de Williams, Tiroiditis autoinmune.

Diagnóstico de la celiaquía en niños

Como puedes ver, no existen indicios claros que señalen la presencia de la celiaquía en niños. Incluso durante el primer año de vida los signos se pueden confundir con otras afecciones.  Si tienes dudas o tu niño presenta alguno de los síntomas descritos, consulta con tu pediatra para una mejor valoración. Éste llevará a cabo una analítica como primera prueba, si lo ve necesario, para evaluar el posible diagnóstico de la enfermedad celiaca.

La analítica que se determina en primer lugar, tras la sospecha, implica la detección de anticuerpos (antigliadina, antiendomisio, antitrasglutaminasa y péptidos deaminados de gliadina), la cuantificación y la especificidad (no todos lo son) permitirá realizar diagnostico con o sin apoyo de pruebas genéticas o histológicas tipo biopsia. Además, aquellos niños que estén incluidos en los grupos de riesgo mencionados, deberán realizarse un seguimiento de esta patología, sobre todo si presentan síntomas relacionados.celiaquia

¿Cuál es el tratamiento para la enfermedad celíaca?

El único tratamiento disponible en la actualidad para la enfermedad celíaca es una dieta estricta sin gluten de por vida. Se debe evitar el consumo de trigo, cebada, centeno y otros productos que contengan la proteína. Al hacer esto los síntomas desaparecerán y la mucosa
del intestino se recuperará (esto puede tardar varios meses). Es importante señalar que debe iniciarse una vez indicado por el pediatra y no antes.

Es importante limitar la contaminación cruzada; incluso las migas que contengan gluten pueden provocar síntomas e inflamación intestinal.
Se recomienda leer bien las etiquetas para descartar por completo la presencia del gluten en los diferentes alimentos. Consultar FACE (Federación de asociaciones de celiacos de España). Es el pediatra o la nutricionista infantil la que nos apoyara en este tratamiento. La adherencia al tratamiento es fundamental.

Sin tratamiento, los niños con enfermedad celíaca podrían desarrollar anemia, osteoporosis y otras complicaciones tipo linfomas intestinal en etapa adulta. Así mismo, será necesario un seguimiento por su pediatra para evaluar la evolución del pequeño. Como recomendaciones a la hora de elaborar una dieta en casa de un niño celiaco:

  • La dieta sin gluten debe realizarse para toda la vida y no se puede saltar en ningún momento.
  • Se debe eliminar de la dieta cualquier producto que contenga trigo, cebada o centeno y sus derivados. La avena puede estar contaminada, por tanto, debe consumirse la certificada sin gluten.
  • Tener especial cuidado con los productos manufacturados.
  • Se recomienda suprimir de la dieta los productos a granel.
  • Cuidado con los aceites utilizados en otras comidas con gluten.
  • Lavarse las manos antes de cocinar, no compartir utensilios, cubiertos, encimeras, tostadoras… Los alimentos sin gluten deben estar almacenados en lugares específicos.
  • En función de las necesidades, podría ser recomendable hablar con un dietista con conocimiento en la materia para ayudar a padres e hijos a hacer los cambios necesarios para llevar un estilo de vida sin gluten.
  • Puede que haya gluten en algunos medicamentos y artículos no alimentarios como el champú y el maquillaje, pero estos no son nocivos salvo que se consuman.

Para terminar, insistir en términos que pueden llevarnos a la confusión y entran dentro del diagnóstico diferencial:

ALERGIA AL TRIGO:celiaquía

Se puede producir por ingesta o inhalación. Reacción de
hipersensibilidad inmediata, mediada o no por Ige, como cualquier alergia alimentaria.

SENSIBILIDAD AL GLUTEN NO CELIACA:

El paciente presenta una clara asociación con la ingesta INMEDIATA, aunque no cumple criterios de alergia alimentaria ni de celiaquía. No existe ningún biomarcador (prueba) que establece su diagnóstico de seguridad.

CELIAQUIA:

Intolerancia al gluten permanente, enfermedad inmunológica y crónica que aparece en pacientes predispuestos genéticamente.

En cuanto al futuro de esta enfermedad, tratamientos como la terapia génica o medicamentos que detengan alguna fase de la respuesta/cascada inmunológica que se produce, abren puertas a un tratamiento futuro encaminado a mejorar la calidad de vida de los pacientes afectos.

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