La enorme plasticidad neuronal en los primeros años de vida hace que la capacidad de nuestros hijos para aprender y la velocidad a la que lo hacen sea muy grande, incluso mayor que la de los adultos. Es por eso por lo que, todo lo que hagamos en esta primera etapa de su vida es fundamental para el desarrollo de todas las áreas: motora, lenguaje, social, emocional…

Muchas de las preguntas que las familias hacen durante la consulta empiezan con un “cuándo”: ¿cuándo va a gatear? ¿cuándo va a caminar? ¿cuándo va a decir “mamá”? Los niños aprenden de manera secuencial y, al igual que es importante que ande cuando le toque, es importante que controle la cabeza o se siente previamente. Cada hito en el desarrollo de nuestros hijos tiene sus tiempos y las familias tienen un papel fundamental en la adquisición de estos.

¿Cuándo le toca cada hito?, ¿qué papel desempeñan las familias? A continuación resumiré las etapas de desarrollo motor y hablaremos de algunas actividades, juegos o consejos para apoyarlos.

Quiero aclarar, que todo lo descrito a continuación, los diferentes hitos motores y las edades a los que, de forma general, los bebés lo consiguen son una guía. Las edades descritas son a las que lo consiguen la mayoría de los bebés, esto quiere decir que, siempre contamos con un tiempo de margen para que se consiga y no sucede nada si un bebé tarda un poco más en conseguirlo que otro, serán profesionales, como el pediatra o fisioterapeuta pediátrico quien determine la necesidad de apoyo extra por aparición de un retraso motor.

No obstante, es positivo que los padres conozcan las dinámicas para detectar alguna señal de alerta y comiencen la estimulación temprana en casa. Como me gusta decir, nadie conoce mejor al bebé que sus padres y no hay mejor terapeuta que mamá y papá.

De forma general y antes de entrar en detalle, quiero recalcar la importancia de crear un espacio para apoyar el movimiento libre del bebé, una zona en casa (preferiblemente en el suelo), donde el bebé no tenga barreras para moverse libremente y que lo haga sin peligro.

Durante los tres primeros meses de vida atendemos principalmente al seguimiento visual, control de la cabeza y agarre de juguetes. ¿Cómo podemos ayudar en casa? Como hemos dicho antes, es muy importante que contemos con una zona adaptada, donde podamos colocar a nuestro bebé en el suelo de forma segura. Estas actividades las realizaremos cuando el bebé se muestre activo, respetando su ciclo de sueño.

Para el control cefálico es muy importante, comenzar a poner al bebe boca abajo (tummy time) desde el primer mes de vida, comenzaremos con pocos minutos, comprobando la tolerancia a esta posición y siempre observando al bebé. A medida que aumente la tolerancia y la edad del niño, podemos aumentar el tiempo. Si nuestro hijo no tolera el boca abajo directamente en el suelo o en la cama, podemos usar fitballs, cojines, o colocarlos sobre el cuerpo de mamá o papá, ya sea en el pecho o en las piernas. Esta actividad es positiva, no solo para la adquisición del control cefálico, sino para evitar posibles tortícolis, plagiocefalias u otras deformidades que se generan al estar siempre boca arriba.

En cuanto al seguimiento visual, es importante conocer que, en esta etapa, los bebés ven principalmente los contrastes como el blanco y negro, por ello es interesante contar con juguetes que tengan esta diferencia de color. En el suelo (preferiblemente) o en brazos y tanto boca arriba como boca abajo, jugaremos con ellos a que siga los juguetes, de un lado a otro y de arriba a abajo. De esta manera iremos adquiriendo un movimiento conjugado de ojos y cabeza, así como evitaremos que siempre mantenga la cabeza hacia el mismo lado.

Otro objeto que les suele gustar mucho a los bebés son los espejos, la forma en la que reflejan la luz y se comienzan a ver en ellos les genera mucha curiosidad y es otra forma de mantenerlos distraídos boca abajo y que levante la cabeza para mirarlo. Podemos usarlos para el control cefálico y seguimiento visual de la misma forma que el resto de los juguetes.

Y por último pero lo más importante, la familia: Mamá, papá, hermanos… Tanto sus voces como sus caras y gestos son lo que más va a estimular al bebé. Por ello siempre recalco la importancia de “tirarnos al suelo” desde pequeñitos con ellos, jugar desde sus mismas posiciones y buscar las interacciones. Mamá y papá siempre van a ser el juguete más divertido y que les va a dar más confianza para hacer todas las cosas. Siendo esto aplicable a todas las etapas, todas las dinámicas propuestas en este texto son para que sean mamá y papá (y hermanos) quienes las realicen con sus hijos. Siendo esto positivo en todos los niveles, comunicación, interacción social, motricidad…

Por otro lado, al final de esta etapa, sobre los 3 meses, aparecen los primeros agarres, aún no dirigen sus manos hacia el juguete que les interesa, por ello debemos ser nosotros quienes les acerquemos los juguetes a las manos, acariciemos estas mismas con juguetes de diversas texturas y tamaños y dejemos tiempo para que ellos abran y cierren la mano mientras sujetamos el juguete.

Principal “advertencia” que hacemos a la familia en esta etapa: evitar el uso excesivo de las hamacas. Los bebés ya pasan mucho tiempo en cunas, camas y en brazos en la misma posición, la hamaca, aunque parezca que reclina más el tronco, hace que el bebé se mantenga igual: boca arriba, con cabeza apoyada y sin libertad de movimiento como para explorar. Podemos usarla como recurso puntual, pero no como zona en la que dejar siempre a nuestro bebé cuando necesitamos hacer alguna tarea. Como alternativa: dejar al bebé en el suelo, en alguna alfombra, cerca nuestra, de manera que podamos realizar la tarea y podamos vigilar a nuestro bebé. Si el bebé está dormido, dejarlo en su zona de descanso habitual.

Entre los 4 y 5 meses comienzan a tocarse más las manos y el resto de su cuerpo, son capaces de mantener un objeto en sus manos, y a dirigir las mismas al objeto que quieren, estando boca abajo, comienzan a despegar parte del pecho, llegando a mantener los brazos completamente estirados al final de la etapa y adquirir el decúbito lateral. ¿Cómo podemos apoyar que nuestros hijos adquieran estos hitos motores?

Boca arriba, continuamos apoyando el seguimiento visual, introducimos nuevos colores que comiencen a llamarles cada vez más la atención, en esta etapa, los bebés comenzarán a dirigir sus manos al objeto que le ofrecemos, apoyamos para que lo hagan, ofreciéndole primero en línea media (a la altura del pecho) y poco a poco se lo iremos “complicando”, separando el juguete hacia el lateral, de esta manera podremos ver como dirige sus brazos hacia el juguete y como comienzan a arquear el tronco para impulsarse a cogerlo, adquiriendo finalmente otro hito, mantener el decúbito lateral.

Boca abajo, observamos como poco a poco irán levantando parte del pecho, hasta conseguir apoyarse sobre sus manos con los codos estirados al final de esta etapa. En esta posición, jugamos de la misma manera, ofreciendo juguetes, primero cerca y cada vez más lejos, buscando que sea el bebé quien explore y pruebe a soltar una mano de apoyo para alcanzar el juguete.

Es muy importante en estas etapas respetar los tiempos del bebé, que sean ellos quienes vayan aprendiendo y descubriendo cómo conseguir alcanzar los juguetes. Recalco de nuevo la importancia de tener una zona en casa adaptada a estas actividades, si las realizamos en el sofá, cama o cunas, además de peligroso, estamos limitando el espacio donde poder moverse y disminuimos las oportunidades de aprendizaje.

Habéis podido comprobar que, hasta ahora, no hemos hablado de la sedestación ¿por qué? porque no toca. Normalmente los bebés adquieren la sedestación alrededor del 6-7 mes. ¿Podemos sentar al bebé antes? como respuesta general: no, no debemos sentar al bebé hasta que él no adquiera la sedestación por sí mismo. Los pediatras y fisioterapeutas colocamos a los bebés en sedestación antes de los 6 meses de forma momentánea para comprobar el control cefálico en esta posición y es cierto que a muchos bebés les gusta, es una postura nueva donde pueden “ver mejor el mundo que les rodea”, pero hasta que ellos no sean capaces de sentarse por sí solos no debemos de colocarles sentados más de 1 minuto y, preferiblemente, no deberíamos sentarlos.

Los bebés adquieren la sedestación, entre otras cosas, cuando sus caderas y cuerpo están preparados para ello, si empezamos a sentarlos antes de tiempo, podríamos estar interfiriendo en la formación de estas y generando problemas futuros.

A partir de los 6 meses, si el bebé ya ha conseguido la sedestación o sí nuestro pediatra o fisioterapeuta nos lo aconseja, por ejemplo, para comer, podríamos sentarlos.

De la sedestación y futuros hitos del desarrollo motor, continuaremos hablando en futuras entradas del blog.

Share This