El dolor de cabeza es más habitual en los niños de lo que parece. De hecho, el 96% de los niños menores de 14 años han sufrido al menos un episodio de dolor de cabeza. Te mostramos en el siguiente post que debes saber acerca de este tema.
Tipos de dolor de cabeza en niños
Según la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), el 80 % de las cefaleas infantiles son primarias, es decir, que no hay un trastorno o enfermedad estructural, vascular, metabólica, etc, que las cause.
¿Cuántas clases de dolor de cabeza pueden tener los niños?
El tipo más frecuente es el dolor de cabeza en niños relacionado con procesos febriles y enfermedades generales. En estos casos, la cefalea se limita a la duración de la enfermedad causal, es benigna y se controla fácilmente con analgésicos. Las cefaleas específicas se clasifican, en líneas generales, en tres grupos: las tensionales, la migraña y las producidas por lesiones o enfermedades que afectan al sistema nervioso (cefaleas orgánicas, poco frecuentes).
Cefalea tensional en niños
Son las más comunes en niños, a excepción de las relacionadas con procesos febriles y enfermedades agudas. Afecta al 30 % de los niños en edad escolar Suelen estar originadas por problemas personales, situaciones de estrés, un descanso insuficiente u otros motivos similares.
A veces también acompañan a procesos febriles. La frecuencia de los episodios puede ser esporádica o de dos o tres veces por semana y tiende a cronificarse en muchos casos, llegando a ser diaria. Predomina por la tarde y sobre todo cuando el niño vuelve del colegio.
Entre sus síntomas tendremos: es un dolor opresivo que afecta toda la cabeza o preferentemente región frontal, es un dolor constante, no molesta ni el ruido ni la luz, aunque en ocasiones puede intensificarse con ambientes ruidosos o agobiantes, no hay ni nauseas ni vómitos ni otros síntomas, no despierta al niño por la noche y puede durar varias horas, pero mejora o desaparece con un analgésico o cuando el niño se acuesta.
El tratamiento no farmacológico es tan importante como el analgésico, requiere control de estrés, tratamiento de los factores desencadenantes, así como la comorbilidad (insomnio, ansiedad…) Su pronóstico es bueno, y no suele requerir pruebas de imagen tipo RMN, TAC.
Migrañas en niños
La migraña es más frecuente en la infancia que lo que se cree generalmente, y puede tener ciertas características diferentes de la migraña en la edad adulta. La edad de inicio se sitúa principalmente entre los 6 y los 10 años. Es muy habitual que uno de los padres o algún otro familiar cercano también sufran migrañas. Los episodios son repetidos (entre uno o dos por semana hasta uno cada varios meses) y, entre los mismos, el niño suele encontrarse bien. El horario predomina en la franja de la tarde-noche, y el dolor dura entre una y dos horas, a veces más.
Entre los síntomas habituales encontramos: es un dolor pulsátil, más intenso que las cefaleas tensionales y suele interferir en la actividad del niño, suele localizarse en la frente y, en menos ocasiones y niños más mayores, en un sólo lado de la cabeza, puede tener náuseas o vómitos, les suele molestar la luz y el ruido. El sueño y el reposo en un sitio oscuro y tranquilo alivian generalmente el dolor. En muchas ocasiones va acompañada de falta de apetito, dolor abdominal, náuseas y vómitos.
A veces, pueden existir síntomas previos al inicio del dolor (aura), en forma de alteraciones visuales (manchas negras o brillantes) y sensaciones de hormigueo o pérdida de fuerza en las extremidades. Lo habitual es que con un antiinflamatorio se alivien los síntomas, pero si las crisis se repiten o son muy intensas, deberás acudir al pediatra.
¿Qué medidas pueden tomarse en casa para aliviar el dolor de cabeza?
- Si el dolor no es fuerte, no interfiere la actividad del niño, suele bastar con distraerlo con otra ocupación o permitirle que descanse unos minutos. En caso de que la cefalea sea intensa, conviene que duerma o que repose en un lugar oscuro y silencioso.
- Si se precisa la administración de analgésicos, ésta debe realizarse desde los primeros momentos en que el niño refiera dolor de cabeza Pueden darse paracetamol o ibuprofeno, siempre en las dosis y con la pauta que indique el pediatra.
¿Y para prevenir la aparición de los episodios?
- Se debe intentar identificar los posibles desencadenantes de las crisis (disciplina escolar, ejercicio, dieta, etc.) para lo cual es útil la realización de un «Calendario/Diario de Cefaleas» por los padres del niño, en el cual se anoten las características de los episodios y su posible relación con otros factores. Este «diario» también será de gran ayuda para tu pediatra.
- Una vez establecido el diagnóstico, son aconsejables algunas medidas para disminuir la frecuencia y la intensidad de los episodios. Si existen precipitantes tensionales hay que establecer unas normas para el estudio, regular el horario de sueño y proponer actividades extraescolares deportivas o lúdicas para relajar al niño. En el caso de las migrañas, puede ser beneficioso restringir la ingesta de queso, frutos secos, chocolate, plátanos, conservas y embutidos. En general, se deben intentar evitar los ambientes cerrados y agobiantes, la exposición prolongada al sol sin protección y los cambios bruscos del ritmo de sueño.
- En caso de que estas iniciativas no mejoren la frecuencia e intensidad de los episodios, el pediatra o el neuropediatra propondrá un tratamiento analgésico más específico y en caso de ser necesario, una medicación para prevenir y espaciar las crisis de cefalea.
Entonces, ¿Cuándo debo preocuparme si le duele la cabeza?
Como has visto, hay muchas razones por las que al niño le puede doler la cabeza, y la mayoría no son preocupantes. Sin embargo, es importante que conozcas los signos de alarma por los que debes consultar con tu pediatra:
- El dolor comienza de manera súbita, principalmente al levantarse por la mañana y se incrementa de manera gradual a lo largo de la jornada y no responde al tratamiento que normalmente funciona
- Se despierta durante la noche por el dolor
- Tiene fuertes náuseas y vómitos inexplicables, principalmente por la mañana o en mitad de la noche
- El niño tiene visión doble u otras alteraciones de la visión
- El dolor aumenta si hace ejercicio o tose
- Si aumenta la frecuencia o intensidad de los episodios
- Si se evidencia algún cambio en las características del dolor o en los síntomas acompañantes, comparados con los episodios anteriores.
- Se comporta de manera diferente, está confuso, mareado, rebelde, nervioso… o, por el contrario, lo encuentras somnoliento o adormilado
- Tiene problemas para comunicarse: habla de forma diferente, no recuerda bien las
palabras, se comunica de forma más lenta a la normal… - Cuando viene acompañado de fiebre muy alta o tiene convulsiones, también si el cuello del niño está rígido.
Todos estos síntomas no quieren decir necesariamente que el niño tenga una enfermedad grave, pero si son síntomas de alarma y debe ser valorado por un especialista, siendo aconsejable acudir a un servicio de urgencias si el dolor se inicia muy bruscamente y es muy intenso, o cuando se asocia a alteraciones del nivel de conciencia, a convulsiones o a fiebre con rigidez de nuca.
Dolor de cabeza en la adolescencia
También hay que estar alerta en el caso de los adolescentes. Y es que en nuestro país casi un tercio de estos jóvenes sufre dolores recurrentes de cabeza, en muchos casos por ciertos hábitos en sus rutinas.
Según un estudio realizado por los miembros del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología (SEN) del Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona, el 30,5 % de los adolescentes sufre dolor de cabeza recurrente, aunque en un 73 % de los casos no está diagnosticado. Hasta la pubertad, la migraña muestra una prevalencia del 3 % al 5 %, pero entre los 12 y 18 años aumenta hasta el 11,3 %, siendo mayor en las chicas.
El motivo de esta mayor incidencia al llegar a estas edades no está muy claro, pero sin duda alguna, como destaca el estudio, tiene que ver con que la adolescencia es un periodo decisivo para el neurodesarrollo y en esta época el cerebro cuenta con una neuroplasticidad muy
elevada, es decir, que está especialmente flexible para adaptarse a todos los cambios a través de sus redes neuronales. Las hormonas también pueden jugar un importante papel en el hecho de que las chicas lo sufran más, ya que en muchas de ellas la cefalea suele iniciarse con la primera regla (migraña menstrual).
Factores que causan dolor de cabeza en adolescentes
Pero de lo que síque pueden ser causantes de una mayor incidencia en esta etapa. Son, en resumen, los siguientes:
- Adolescentes que se quedan despiertos hasta muy tarde y no duermen lo necesario (ocho horas).
- Los que no practican casi nada de ejercicio y se sobreexponen al sol.
- Los que sufren mayor tensión, angustia o estrés en la época de exámenes.
- Los jóvenes que tienen problemas emocionales (acoso escolar, la muerte de un ser querido, abusos sexuales).
- Los que no comen bien y, sobre todo, abusan de los alimentos procesados.
- Los que se saltan las comidas o las realizan a deshoras y no beben apenas agua.
- Los que fuman, beben alcohol, toman drogas o abusan de los refrescos y cafeína.
- Los que abusan de las pantallas (muchas horas de exposición).
Habrá, por tanto, que hacer hincapié, tanto en nuestros niños pequeños como en los adolescentes de seguir un ritmo de vida saludable, tanto referente a la alimentación y ejercicio diarios como a unos buenos hábitos de sueño y tiempo que dedican a las pantallas.
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