¿Qué es la dermatitis atópica?
La dermatitis atópica, popularmente conocida como eccema, es una enfermedad de la piel que provoca sequedad y sensibilidad, de manera que fácilmente se pone roja, irritada y pica. Esta inflamación de la piel cursa en brotes, por lo que habrá momentos en que la piel este mejor, y otros en las que se pone peor, muchas veces sin encontrar causa aparente.
Es una enfermedad propia de la infancia, alrededor de un 10% de los niños la padecerán en algún momento. Puede aparecer tan pronto como a la edad de 2-6 meses. Un 60% de los niños tendrán síntomas antes del año y solamente un 10% de ellos continuarán con la enfermedad más allá de los 7 años. Además, en algunos casos, la dermatitis atópica desemboca en problemas más serios, necesitando un 44% de los pacientes atención psicológica.
La dermatitis atópica suele mejorar por si sola con la edad. Actualmente disponemos de tratamientos muy eficaces para tratar el brote, pero no disponemos aun de un tratamiento que permita curar la dermatitis atópica. La dermatitis atópica es la manifestación en la piel de una entidad global que se llama atopia que quiere decir reacción exagerada. Así, la atopia se puede manifestar no solo en la piel, sino en los bronquios, en forma de asma; en la mucosa nasal y ocular, en forma de rinitis o conjuntivitis. Existe une predisposición genética para la atopia, de manera que a menudo hay algún otro familiar con alguna manifestación de las comentadas.
¿Cómo se manifiesta la dermatitis atópica?
La dermatitis atópica se manifiesta con una piel seca sobre la que aparecen de manera intermitente lesiones de eccema o dermatitis, es decir, piel enrojecida con descamación y a veces exudación. Esto se acompaña de picor que obliga al rascado con lo que aparecen arañazos y rasguños. Con el tiempo la piel de las zonas con eccemas repetidos se torna gruesa. Como ya hemos comentado, la dermatitis atópica evoluciona a brotes.
Algunos brotes vienen desencadenados por algún motivo, mientras que en otras ocasiones no llegaremos a saber que lo ha desencadenado. Los brotes de eccema tienen predilección por algunas zonas del cuerpo y éstas van variando con la edad. En lactantes suele afectar la cara, tronco y pliegues. En la edad infantil suele afectar las flexuras, en especial de los codos y las rodillas.
¿Qué puede desencadenar un brote de dermatitis atópica?
De las causas conocidas que pueden desencadenar los brotes nos encontramos con:
- Irritantes como jabones agresivos/con perfumes, colonias, etc.
- Infecciones
- Sudor/calor
- Estrés
- Baños prolongados con agua muy caliente o en piscinas cloradas
- Ropas ásperas, la lana o poliéster
- Climas secos y fríos, así como los aires acondicionados o calefacciones de aire caliente empeoran el estado de la piel
- Alergias a algún alimento o alergias ambientales/ácaros del polvo
En la medida de lo posible deberemos intentar evitar estas causas.
¿Cómo puedo saber si mi hijo tiene dermatitis atópica?
El diagnóstico de dermatitis atópica no necesita pruebas o análisis especiales. Tu pediatra podrá hacer el diagnóstico por la clínica si tu hijo/a presenta prurito (picor) y tres o más de las siguientes características:
- Eccemas o dermatitis en las áreas típicas según la edad (áreas de flexión en niños y en bebés en mejillas y/o áreas extensoras).
- Antecedente de eccemas o dermatitis en las áreas típicas.
- Antecedentes personales de piel seca.
- Antecedentes personales de asma o rinitis alérgica.
- Antecedentes familiares de atopía (Idealmente en primer grado).
¿Cómo se trata la dermatitis atópica?
El tratamiento está encaminado a la reparación de la barrera cutánea, con medidas generales de cuidado e hidratación de la piel, y el tratamiento antiinflamatorio para “desinflamar” la piel cuando está en brote.
Es muy importante el cuidado diario de la piel en un niño afecto con dermatitis atópica, por lo que deberemos seguir las siguientes recomendaciones:
- Baños o duchas cortas (5-10min) con agua tibia: recomendable que sean a diario pues contribuye a disminuir el picor y a limpiar y descontaminar la piel. Si se realiza en buenas condiciones y se hidrata inmediatamente la piel no tiene por qué empeorar la piel atópica.
- En caso de baño: no se debe poner jabón en el agua, sino que es mejor enjabonar con poca cantidad las zonas que lo necesites. En el resto del cuerpo sólo agua. El jabón debe ser sin detergente, de un pH similar al de la piel, y sin fragancias.
- Se debe evitar frotar y friccionar la piel con esponjas.
- Inmediatamente después de la ducha o baño, secar sin frotar y con la piel parcialmente húmeda poner hidratante en todo el cuerpo. Existen multitud de hidratantes para pieles atópicas en el mercado. Respecto a los hidratantes debes tener en cuenta:
- Cuanto más espesa sea la hidratante, mayor va a ser su capacidad restauradora y menos suelen picar al aplicar sobre piel irritada. Así son preferibles los “baumes”, ungüentos y pomadas a las cremas y leches
corporales. Las leches y emulsiones son más fáciles de aplicar y su absorción es más rápida, pero suelen hidratar menos. - Evita el uso de lociones y geles porque tienen más contenido de alcohol y pueden causar irritación.
- A ser posible la hidratante debería utilizarse dos o tres veces al día, si no es posible, al menos debe aplicarse después del baño o ducha de forma diaria.
Además de estas medidas para el cuidado diario de la piel, también son importantes estas otras recomendaciones:
- Lavar la ropa con jabón poco perfumado.
- Evitar usar ropa de lana, polar, lycra, poliéster o fibras sintéticas.
- Usar ropa de cama suave, preferiblemente de algodón o lino.
- En el caso de los bebés, es importante cambiar frecuentemente los pañales para evitar maceraciones de la piel.
- Evitar en lo posible el contacto de la piel con arena, tierra, hierba.
- Tener cuidado con el cloro de las piscinas y las inmersiones prolongadas en agua.
- Al salir de la piscina ducharse inmediatamente para retirar todo el cloro y aplicar crema solar o hidratante para piel atópica
- Evitar el uso de colonias y perfumes directamente sobre la piel
Para el tratamiento de los brotes se utilizan fármacos antiinflamatorios: corticoides e inhibidores de la calcineurina.
- Los corticoides tópicos son los fármacos más utilizados. Existe una gran variedad con diferentes potencias y formas farmacéuticas (loción, crema, pomada o ungüento). La elección de uno u otro depende de la zona afectada, así como de la gravedad del brote. Es muy importante seguir las indicaciones de tu pediatra en cuanto a qué corticoide utilizar y por cuánto tiempo.
A menudo existe un miedo no justificado a los corticoides que llevan a suspender el tratamiento antes de tiempo y dejar los eccemas a medio curar con lo cual reaparecen rápidamente. A veces, en casos de brotes muy frecuentes, tu pediatra puede recomendarte seguir un tratamiento preventivo con corticoides dos días a la semana.
- Los inhibidores de la calcineurina tópicos (tacrolimus y pimecrolimus) son fármacos inmunomoduladores que han demostrado eficacia y seguridad tanto para el tratamiento de los brotes como para prevenir su aparición, como tratamiento de mantenimiento preventivo.
Otros fármacos:
- En eccemas que están infectados se utilizan antibióticos bien sea en forma de crema o por vía oral.
- Por otro lado, para disminuir el picor pueden utilizarse antihistamínicos orales.
PARA TERMINAR…
La dermatitis atópica y el picor que produce tiene efectos muy importantes en la calidad de vida por ello es necesario seguir las recomendaciones dadas, así como realizar el tratamiento adecuado que precisen en los brotes. Tu pediatra te indicara cuando es recomendable usar un tratamiento u otro, pero es fundamental que en casa sigáis a diario las recomendaciones sobre el cuidado de la piel, así como evitar ciertos desencadenantes de los brotes. Y ante cualquier duda, consulta con tu pediatra.
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