En el desarrollo de nuestro pequeño debemos tener en cuenta los aspectos relacionados con el habla, la comunicación, el lenguaje y la voz e ir controlando si su desarrollo es normal o no. En el desarrollo del lenguaje tendremos 2 etapas fundamentales:

¿Debe mi hijo ir al logopeda?

  • Etapa prelingüística: desde el nacimiento hasta aproximadamente los 12 meses: en esta etapa los niños deben ir discriminando sonidos, manteniendo la mirada y sonriendo, deben mostrar atención, realizar las primeras risas espontáneas, jugar con su voz, grititos, parloteos, reaccionar al oír a su nombre, tener intención de comunicarse y poseer su propia jerga.
  • Etapa lingüística: desde su primer año hasta aproximadamente los 5 años: en esta etapa los niños comienzan a emitir sus primeras palabras y van adquiriendo vocabulario, combinan palabras y van formando frases.

 

 

 

A los dos años y medio ya deberían manejar al menos 50 palabras y realizar combinaciones con ellas. A los cinco deberían dominar el lenguaje de una manera precisa y seguir adquiriendo vocabulario.

 

 

  • En el post de hoy os hablaremos de las señales o signos que pueden indicar un mal desarrollo del lenguaje en los niños y, por lo tanto, la necesidad de acudir al logopeda para una primera evaluación y valoración por su parte y, en caso necesario, una intervención adecuada a su problema. La detección temprana es una de las bases fundamentales para lograr la
    rehabilitación del problema que presente, no solo oral sino también escrito, ya que ambos son objeto de rehabilitación logopédica; al igual que la voz y la audición, por lo que también prestaremos atención a posibles disfunciones en ellas.

Mi hijo no habla o habla poco

Hay niños con una inteligencia normal que tienen dificultades en la adquisición y desarrollo del lenguaje afectándoles en su expresión y/o comprensión del mismo. Debemos de estar atentos a las siguientes franjas de edad:

  • Si a los 2 años o 2 años y medio el habla es nula, casi inexistente o completamente ininteligible. A esta edad, si el desarrollo del lenguaje es normal, debería haber un repertorio mínimo de unas 40-50 palabras distintas. Por supuesto, muchos niños muestran un repertorio más restringido sin que esto suponga necesariamente unnretraso, pero bien es cierto que a esta edad debería haberse producido cierta «explosión» en su vocabulario.
  • Si a los 3 años no presenta una fluidez verbal que le permita, al menos, expresar sus necesidades o deseos más básicos y ser entendido por personas ajenas a su entorno más cercano. A esta edad, los niños ya suelen ser capaces de unir varias palabras, elaborando oraciones sencillas pero eficaces. Si tu pequeño trata de comunicarse, pero lo hace solo mediante gestos, mímica y/o breves vocalizaciones, es bueno que consultes la opinión de un experto.

¿Debe mi hijo ir al logopeda?

  • Si a los 5 años sigue empleando oraciones excesivamente simples (no hay uso de subordinadas ni variedad de tiempos verbales) y carentes de palabras de función (artículos, preposiciones, conjunciones…). Todo ello le lleva a demostrar complicaciones a la hora de narrar experiencias.
  • Así mismo, si no comprende o tarda demasiado tiempo en responder a órdenes y/o preguntas sencillas. Es importante comprobar que no haya dificultades de compresión puesto que lo que un niño no entiende es incapaz de reproducirlo, lo que podría traducirse también en complicaciones expresivas.

Mi hijo no pronuncia bien o confunde determinados sonidos

A partir de los 5 años el niño debería poder pronunciar correctamente todos los sonidos y no confundirlos. Si en torno a los 4-5 años comprobáis que uno o varios de los sonidos que emite están distorsionados (perdo en vez de perro, por ejemplo), son omitidos (por ejemplo, peota en lugar de pelota), o bien, sustituidos por otros (tol en lugar de sol) es recomendable su valoración. Todos estos errores pueden dar la sensación de que su habla está infantilizada, poco madura. Si dichos defectos de la articulación son abundantes antes de los 4 años y están provocando que apenas se entienda lo que el niño dice, también es conveniente dirigirnos a un logopeda.

¿Debe mi hijo ir al logopeda?
Mi hijo tartamudea

Si al hablar el niño presenta numerosas repeticiones, bloqueos o prolongaciones de sonidos, sílabas o palabras, en ocasiones asociados a ciertos tics o alteraciones de la respiración.

 

Mi hijo siempre está ronco o sin voz

Si pierde la voz con facilidad o ésta suena como si la estuviese forzando continuamente. Esto sucede, con frecuencia, debido a un mal uso o abuso vocal, especialmente en niños que respiran por la boca, que tienden a gritar a menudo, etc.

Mi hijo tiene problemas en la lectura en la lectura y/o la escritura

Si presenta dificultades para recitar el alfabeto, realizar rimas simples y/o clasificar sonidos. En la lectura omite sílabas o palabras, las sustituye o distorsiona, es lento, vacila, y tiene problemas de comprensión. O si su escritura es poco cuidada con frecuentes errores y
omisiones. Es fundamental atender estas dificultades a tiempo para que el niño asiente adecuadamente las bases de la lectoescritura y no se reflejen en procesos superiores más complejos como la comprensión y/o redacción de textos. Así mismo, si presenta problemas en la adquisición de conceptos básicos de razonamiento lógico-matemático y de cálculo.

¿Debe mi hijo ir al logopeda?

Mi hijo tiene malos hábitos a la hora de succionar, masticar o deglutir

Realizar incorrectamente estos actos influye de forma negativa en el desarrollo del habla y puede dar lugar también a alteraciones en la dentadura, paladar y/o en la respiración. Si en torno a los 4-5 años detectáis alteraciones de dentición, mandibulares y/o de salivación que
afectan a la alimentación y deglución: problemas para masticar o tragar, control de babeo, malformaciones dentarias, etc., puede ser recomendable la valoración. Otros signos o situaciones a tener en cuenta para acudir a valoración:

¿Debe mi hijo ir al logopeda?

  • Si apenas mantiene el contacto ocular, es decir, no mira a los ojos o no tiene intención comunicativa. Comprobad si tiene una mirada conjunta con aquel con quien habla o juega. Estos intentos por comunicarse con el interlocutor son perceptibles incluso desde los primeros meses de vida, por lo que si no veis esta interacción debéis estar atentos.
  • No responde a su nombre o no se sorprende cuando se producen fuertes golpes o potentes sonidos.

 

Esto podría indicar posibles problemas de audición, que son los primeros que hay que descartar y resolver para que el habla pueda desarrollarse.

 

  • En cualquier caso, si tenéis dudas sobre si vuestro hijo/a presenta dificultades en el habla, el lenguaje o la comunicación, os recomendamos que consultéis cuanto antes con vuestro pediatra o logopeda. Éste os dará pautas a llevar a cabo, podrá resolver vuestras incógnitas y, lo que es más importante, actuará si fuese necesario. Una detección precoz junto a una intervención temprana son, sin duda, las mayores garantías de éxito.
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