Hoy hablaremos de un tema importante en la adolescencia, y del cual muchas veces se dedica poco tiempo en la consulta: la importancia de la anticoncepción en la adolescencia.
La adolescencia es un período crítico del desarrollo en el que se producen importantes cambios tanto físicos, psicológicos, emocionales y sociales, un tránsito hacia a la madurez y la búsqueda de su propio lugar, que en ocaciones les lleva a experimentar sin medir demasiado las consecuencias de sus actos, implicando riesgos que el adolescente apenas percibe como tales.
En relación a las conductas sexuales de los jóvenes, en los últimos años, se ha producido un incremento en el número de embarazos no deseados y de infecciones de transmisión sexual (ITS). Todo esto, unido en muchas ocasiones a la falta de información, no hace sino evidenciar la importancia de promover la anticoncepción en los adolescentes.
Ademas, nuestro papel, e informar sobre la anticoncepción en la adolescencia, no será solo ayudar a los chicos y chicas a vivir una sexualidad segura, sino también gratificante y respetuosa. Paraello deberemos abordar cuestiones como el deseo y el placer, la atracción y el enamoramiento, la orientación sexual, la igualdad, el respeto, el consentimiento, la aceptación del no y de la ruptura, el rechazo al control, la manipulación o la violencia,los riesgos que plantean los nuevos medios de comunicación y las redes sociales, etc. fomentando conductas saludables y maduras por parte del adolescente.
¿Cómo podemos ayudar a elegir un método anticonceptivo a los adolescentes?
Será fundamental cumplir 3 requisitos básicos en la consulta:
Escucha activa:
Dedicar tiempo a escuchar sus necesidades, temores e inquietudes que puedan preocuparle, dada la escasa información y formación veraz que reciben.
Información adaptada a los jóvenes:
Hacer especial énfasis en los «beneficios añadidos» de los métodos, aprovechando así la consulta para relacionar los métodos con la prevención de las ITS, embarazos no deseados, drogas y comportamientos sexuales.
Elección libre del método:
Informar y ayudar en la decisión anticonceptiva que ellos elijan, teniendo claro que no hay razones médicas para negar
ningún método basándonos únicamente en la edad. Corresponderá al médico responsable valorar la madurez del menor y comprobar si es capaz de comprender el alcance de la intervención.
¿Debe informarse a sus padres o representantes legales sobre dicha información?
Legalmente, los menores maduros tienen los mismos derechos que los adultos a la confidencialidad y protección de datos de carácter personal relativos a su salud. La confidencialidad, por tanto, debe ser un pilar básico cuando trabajamos con adolescentes y deben de existir razones muy bien fundadas para romperla. Sin embargo, en la entrevista clínica con el adolescente siempre se hará hincapié en la importancia de que sus padres estén informados y puedan participar en la decisión sobre el método anticonceptivo más adecuado.
¿Qué método es el más indicado para la anticoncepción en la adolescencia?
Para establecer el mejor método debemos:
- Conocer las necesidades de nuestro adolescente, identificar sus valores y preferencias, así como opiniones o experiencias con los métodos anticonceptivos.
- Identificar el riesgo de infecciones de transmisión sexual (ITS).
- Valorar el estado de salud y comprobar que no existe contraindicación para el uso de los métodos recomendados. Habrá que investigar si hay riesgo de trombofilia o si padece migrañas con aura, problemas que, aunque infrecuentes, pueden darse en la adolescencia y que contraindican por ejemplo el uso de anticoncepción hormonal combinada.
En función de todo lo anterior y de la opinión o necesidades de nuestro adolescente podremos recomendar diferentes métodos de anticoncepción. Aquí exponemos las 2 opciones más frecuentes en nuestro día a día.
1. Métodos de barrera: El preservativo
El preservativo es el método más utilizado en los adolescentes, aunque en muchas ocasiones por la facilidad de adquisición o desconocimiento de otros métodos. Son muy seguros y adecuados en la adolescencia donde con frecuencia las relaciones son imprevistas o esporádicas y con diferentes parejas.
Es importante recalcar en el adolescente la importancia del uso de éste no solo como protección para un embarazo no deseado sino para reducir el riesgo de enfermedades de transmisión sexual. En el mercado dispondremos de preservativos tanto masculinos como femeninos, que podrán ser elegidos según preferencias, asegurándonos siempre de su correcta utilización.
2. Anticoncepción hormonal
Además del preservativo, los métodos recomendados en la adolescencia son la Anticoncepción Hormonal Combinada (AHC) o la Anticoncepción Solo con Géstagenos (ASG) que pueden ser utilizadas desde la menarquia. Aunque el DIU también se considera recomendable, en la práctica se reserva para casos concretos. La utilización del preservativo junto con otro método, generalmente
hormonal, es muy recomendable en la adolescencia y se denomina doble método. Persigue conseguir protección frente a ITS y una mayor eficacia anticonceptiva. Además, los usuarios de un doble método suelen mantener mayor contacto con los profesionales sanitarios en comparación con aquellos que solo usan protección de barrera, lo que permite un mejor asesoramiento.
Por otra parte, la anticoncepción hormonal tiene efectos beneficiosos sobre problemas que afectan con cierta frecuencia a las adolescentes, cómo puede ser el sangrado menstrual excesivo, la dismenorrea o dolor menstrual excesivo, acné o hirsutismo, etc. por lo que si nuestra adolescente presenta alguno de estos problemas, puede tener un doble beneficio. Inicialmente suele ser preferible el uso de AHC, excepto en aquellas pacientes que tengan contraindicación de uso de estrógenos, ya que la ASG presenta un patrón de sangrado menstrual muy variable (sangrado escaso y prolongado, sangrado esporádico e impredecible, amenorrea…). No obstante, será importante individualizar cada caso.
Anticoncepción hormonal combinada (AHC)
Para indicar este método solo es necesario realizar una historia clínica para descartar aquellas situaciones clínicas que lo hacen no elegible o no recomendable, junto a una analítica basal y hormonal si previamente no disponemos de ninguna con el fin de detectar cualquier anormalidad si la hubiera.
Aunque en estas edades es muy infrecuente la hipertensión, es conveniente tomar la tensión arterial previamente, y calcular el indice de masa corporal a la adolescente para tener una referencia inicial frente a posibles cambios en
el peso durante su uso. Se dispone de varias presentaciones (píldora, anillo vaginal o parche) que deberán ser informados de sus características y ser elegidos por la paciente según su comodidad y/o facilidad de uso, priorizando la ausencia de olvidos. Así mismo, disponemos de diferentes combinaciones de fármacos que serán elegidos de forma individualizada. Suele recomendarse la combinación que contiene etinilestradiol y levonorgestrel ante sangrado abundante, aunque habrá que vigilar los cambios de humor. El preparado que contiene norgestimato puede ser de elección cuando hay un mal control del ciclo con el anterior o el que contiene drospirenona si la adolescente presenta acné o hirsutismo.
Otros preparados serán recomendados en función de la clínica de la adolescente. Tu pediatra, médico de familia o ginecólogo de referencia será el encargado de informarte de la mejor opción. Debe proporcionarse un consejo detallado verbal y escrito sobre cómo se usan e instrucciones sobre qué hacer en caso de olvidos y vómitos o diarrea en las dos horas siguientes a la toma. Así mismo será importante asegurar una cita de seguimiento transcurridos 3 meses y la posibilidad de contactar ante cualquier dificultad o duda que
pueda surgir.
Resumiendo.. será importante en la anticoncepción del adolescente:
- Proporcionar información sobre los métodos recomendados: mecanismo de acción, seguridad, eficacia, efectos sobre el ciclo menstrual, efectos secundarios, protección frente a ITS, privacidad y facilidad de uso.
- Promover su participación y comprobar que están comprendiendo la información proporcionada.
- Ayudarlos a reflexionar sobre la conveniencia de cada método en función de su situación, necesidades, características y preferencias.
- Una vez elegido un método, explicar cómo usarlo, el manejo de eventualidades (rotura de preservativo, olvido de la píldora, vómitos, uso de otros fármacos) y qué hacer ante la aparición de los efectos secundarios más frecuentes.
- Proponer un seguimiento y facilitar el acceso a la consulta ante cualquier imprevisto. Además, en las siguientes consultas, no solo comprobaremos como le va o el uso adecuado del método, sino que se aprovechará para incidir en la conducta sexual responsable y será de interés tratar temas como la comunicación con la pareja, el buen trato y si las relaciones son satisfactorias o no.
- En el caso de que los padres no hayan sido todavía informados, debe reflexionarse sobre ello, aconsejando al adolescente su comunicación.
Para más información relativa a este tema o a otros aspectos pediátricos no dudéis en consultarnos y en seguir atentos a nuestro blog.
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